- Fue sólo el primer día de práctica del Alextremo Airshow
Los rugientes motores de aeronaves de guera y acrobáticas elevaron los ojos al cielo de miles de turistas y acapulqueños en el día de práctica de Alextremo Airshow Acapulco.
Tanto así, que el Aeroshell Team, equipo acrobático integrado por aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial, originó un caos vehicular en prácticamente toda la Costera Miguel Alemán.
Los giros acrobáticos del Trojans Phlyers Team, segundos en participar, a bordo de tres aronaves T28B, acabaron convirtiéndo la Costera en un enorme estacionamiento.
Fue cuando desde la sala de prensa, ubicada en el piso 18 de un lujoso hotel del puerto, las playas comenzaron a cubrirse turistas y lugareños. De acuerdo al reporte de la Dirección de Turismo municipal, la ocupación hotelera fue cercana al 80 por ciento.
Posteriormente Freddy Cabañas a bordo de un PITTS SPECIAL S2-C llevó a cabo maniobas en caída libre, giros de martillo e incluso con el humo que desprendió de su avidon llegó a opacar el brillante sol que caía como plomo sobre el mar de Acapulco.
Sin embargo, luego de acrobacias y suertes llegdo el turno del MIG 17, uno de los principales cazas del Medio Oriente y de Europa del Este, quien a grandes velocidades llevó a cabo peligrosos giros y cimbró los vidrios de la hotelería acapulqueña.
Con sus alas pintadas de un azul simulando ser plumas de ave, el Iron Eagle Aerobatic Team, a bordo de dos Christen Eagle I, dejaron a más de uno al borde del infarto por sus vuelos razantes en el mar y sus caídas libres.
Para entonces la bahía de Acapulco comenzó a cubrirse de yates de recreo, lanchas y motos acuáticas, situándose al borde de la caja acrobática virtualmene tridimensional, en donde llevarían a cabo sus acrobacias los aviones.
El "Warthog" de la Fuerza Aéra de Estados Unidos, también sorprendió con sus giros precisos y sus vuelos en picada.
Cerró la presentación un F-16, también de la fuerza aérea estadounidense, quien a la vez que en línea recta llevó a cabo precisos giros a velocidades muy altas, hizo un recorrido sobre la zona hotelera a muy poca velocidad.
El rugido del F-16 hizo tronar el cielo acapulqueño, principalmente cuando dirigía su turbina hacia la bahía de Acapulco, desde donde dio por lo menos dos vueltas cerradas a velocidades cercanas a la velocidad del sonido.
Pese a que este sólo fue un día de práctica, se espera que los días sábado y domingo, los pilotos muestren acrobacias más intrépidas que las exhibidas el dá de hoy en la bahía de Santa Lucía del puerto de Acapulco.
Juan José Belmonte Torres