La clavadista mexicana Paola Espinosa decidió no aventarse del bungy y miró desde las alturas y con respeto los alcantilados de La Quebrada en Acapulco, luego de recibir un homenaje por parte de la Federación Mexicana de Natación.
La clavadista olímpica disfrutó del puerto de Acapulco junto con Rommel Pacheco y el director estatal del Deporte, Carlos Reyes Paris, quien les obsequio un tour turístico luego ser homenajeados en la reunión que el Consejo Técnico de la FMN llevó a cabo en este puerto.
La primer parada fue en el bungy de Acapulco, en donde Paola prefirió mirar desde abajo como Rommel Pacheco ejecutaba su tercer salto admirando desde las alturas el puerto de Acapulco.
Posteriormente el contingente se trasladó a los alcantilados de La Quebrada desde donde admiraron algunos clavados. Poco después animados por la tentación subieron a lo más alto de los alcantilados para ver la perspectiva de los ejecutores acapulqueños.
Al repetirse por el sonido local que Paola Espinosa y Rommel Pacheco estaban en lo más alto de La Quebrada comenzaron los gritos y las porras para que ambos se aventaran un clavado, "desde aquí se ve muy distinto", exclamaron los clavadistas olímpicos.
Finalmente decidieron no arriesgarse, argumentan do que hay mucha práctica en la piscina, pero saltar desde La Quebrada, requiere "mucha valentía" señalaron al tomarse la foto con los acapulqueños y elogiarlos por el espectáculo que brindan diariamente.
Trascendió que descansando un poco de los entrenamientos, ambos clavadistas y sus entrenadores aprovecharían para tomara algunas vacaciones en el paradisiaco Acapulco.
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Juan José Belmonte Torres
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