Dos sismos de baja intensidad se registraron la mañana de este lunes en el estado de Guerrero sin que se reportaran pérdidas humanas o daños materiales, informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN) .
El organismo del Instituto de Geofísica de la UNAM precisó que el primer temblor fue de 3.5 grados en la escala de Richter y ocurrió a las 5:12 horas a 43 kilómetros al suroeste de Coyuca de Benitez, en los 16.64 grados latitud norte y -100.23 grados longitud oeste.
El segundo movimiento de tierra también alcanzó los 3.5 grados y se sintió a las 6:41 horas a 28 kilómetros al noreste de Acapulco, Guerrero, a 38 kilómetros de profundidad, 17 grados latitud norte y -99.67 grados longitud oeste.
Reportan dos sismos de baja intensidad en Guerrero - El Universal - Los Estados
12 mayo 2008
Zetas le dan pelea a Rogaciano - Excélsior
Pablo César Carrillo
El cártel del Golfo ha intentado matarlo en tres ocasiones; le disputa la plaza al ganadero
Enviado
SIERRA DE PETATLÁN, Gro.— Una vez, un amigo ranchero le quiso disputar la dirigencia de la Unión Ganadera, y Rogaciano le advirtió: “Yo no mato perros, pero te voy a matar”. Otro día, un campesino ecologista le llenó el buche de piedritas, y Rogaciano le dijo: “Cómo no tengo una pistola para matarte aquí”.
El cacique de la Costa Grande Rogaciano Alba Álvarez, el priista que mantiene a todo un pueblo amenazado y atemorizado, ahora es el hombre más amenazado de la región. Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo que normalmente no fallan, lo han querido matar tres veces, según fuentes federales.
Rogaciano tiene más vidas que un gato. La primera vez, el 13 de agosto de 2006 le dispararon 50 balazos a su camioneta Hummer en el puerto de Lázaro Cárdenas, y salió ileso. La segunda vez, el 2 de mayo de 2008, acribillaron a siete de sus colaboradores en Iguala, y él se salvó porque los había dejado minutos antes. Y la tercera, el 3 de mayo, mataron a 10 personas afuera de su casa en Petatlán, y acribillaron a dos de sus hijos, y él no estaba.
Rogaciano se convirtió en el principal blanco del cártel del Golfo en Guerrero. No es para menos. Algunas personas en Guerrero, quienes prefieren guardar el anonimato, afirman que controla a los presidentes municipales y a los policías locales, domina los caminos de la sierra y los pueblos, controla a los talamontes y permite el tráfico de drogas para los hermanos Beltrán Leyva desde hace 20 años. Es el poder real en la zona, dicen. Muchos le tienen miedo y muchos lo admiran. Pero en los últimos dos años, los narcotraficantes de Los Zetas, le quieren quitar el control de la plaza. Se presume que Los Zetas quieren tumbar a Rogaciano por una simple razón: quieren el control de la costa y la sierra, de acuerdo con testimonios de algunos agentes.
Hay quienes aseguran que Rogaciano anda a salto de mata. Que tiene hombres en todos los pueblos de la Costa Grande y Tierra Caliente, pero Los Zetas han logrado penetrar en sus municipios. Cada vez están más cerca. La prueba de ello es que el 3 de mayo, un convoy de 10 camionetas entró hasta Peta-tlán, sin que la policía ni sus propios pistoleros los interceptaran.
Rogaciano es un ranchero de La Chaveta, una región violenta de la Sierra de Petatlán. Su padre se llamaba igual que él, Rogaciano Alba. Es propietario de varias fincas, pero principalmente del Rancho San Felipe, ubicado en Potrerillos. Es un hombre bigotón y usa sombrero. A veces anda en el pueblo a caballo o en camionetas de lujo, como una Hummer. Tiene una casa muy grande, de 20 por 50 metros, en el centro de Petatlán, y es la ley en el pueblo.
—Tengan cuidado. Sus hombres andan armados, dice un funcionario de la presidencia municipal, del PRD.
—Los pueden levantar, y los desaparecen, advierte.
En la calle, nadie quiere hablar de él y los que hablan guardan el anonimato. Los hombres dicen que es buena persona y que ayuda a los pobres. “Cada Navidad reparte camionetas llenas de despensas en las comunidades”, dice la señora Dora Luz Vargas. El Día de las Madres paga el festejo en la preparatoria. Cuando alguien se muere, Rogaciano paga la caja. Cuando hay un enfermo, Rogaciano paga el hospital. A veces, cuando entra al mercado, paga la cuenta de todos los que están comiendo. Es un hombre popular y simpático, dicen. El problema es cuando se enoja, cuando alguien lo hace enojar.
Hace unos años, el ganadero Tomás Enríquez Gutiérrez, aspirante a dirigir la Unión Ganadera Regional, lo denunció públicamente en una reunión.
—¡Mátame aquí, de una vez mátame — le dijo el ganadero tras denunciar que lo había amenazado de muerte.
—Yo no mato perros —le gritó Rogaciano.
—No te tengo miedo. Si me vas a matar, mátame de una vez —le gritó el ganadero, según las crónicas periodísticas.
—Soy tu padre, pendejo, le contestó Rogaciano.
Hay muchas acusaciones contra él. Un supuesto pistolero suyo, Javier Valle Villa, platicó un día que ellos habían asesinado a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, por órdenes de Rogaciano, el 19 de octubre de 2001. Eso provocó que las autoridades investigaran el caso, pero fue imposible seguir: todos los pistoleros supuestamente involucrados habían sido asesinados.
El campesino ecologista Alfredo García Torres acusó al cacique de pagar para matar a Otoniel García, porque no le permitían talar árboles y quemar bosques para sembrar droga. El ecologista preso Álvaro García lo acusó de tener un grupo paramilitar armado para asesinar a campesinos.
Human Rights Watch afirmó que Rogaciano pagó a la policía para matar a un campesino.
Los campesinos de la sierra lo vinculan con los talamontes y los narcotraficantes. Lo relacionan con asesinatos de campesinos y ecologistas. Y hasta los guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) lo han declarado como non grato.
Mejor váyanse. No se metan en problemas, Rogaciano es muy peligroso, dice el señor Pérez, un político del PRD.
A pesar de todo, el hombre sigue siendo un priista distinguido y un líder ganadero con prestigio, de tal manera que la dirigencia de ese partido en la entidad se solidarizó con él por los asesinatos de sus hijos. En la última elección, otra vez fue candidato a síndico. Su foto está enmarcada en el Palacio Municipal de Petatlán como el presidente municipal de 1994 a 1996. En esa época la Procuraduría General de la República (PGR) lo investigó por vínculos con el narcotráfico, pero no hallaron pruebas.
Es un buen hombre. Ayuda a la gente. Nunca se le ha probado nada, dice el capitán Darío de la Rosa Segura, coordinador operativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No entiendo por qué lo quieren matar, agrega.
Su rancho, San Felipe, está ubicado a la orilla de un río en Potrerillos. Tiene caballos finos, vacas lecheras, patos y gallos. Sus fincas tienen un símbolo que todos respetan: una herradura de caballo con una “R” de Rogaciano.
Es buena gente. El señor protegía a todo mundo. A mí me daba trabajo, dice Juan Leyva, vecino del rancho.
Nunca ha habido pruebas contra él, dicen los priistas, pero también lo dicen los perredistas y los panistas.
Algunos lo ven como un Robin Hood, platica Juan Fernando Ortiz, presidente local del PAN. Ayuda a la gente que no tiene dinero. Y su comportamiento ha sido muy recto. Hay rumores, pero no hay pruebas, afirma.
El presidente municipal de Petatlán, José Antonio Armenta, del PRD, tampoco ha visto actos ilegales de Rogaciano (de hecho se dicen compadres).
La Costa Grande es un territorio clave para el narcotráfico. En los municipios de la Costa y Tierra Caliente se siembra mariguana y amapola. Y en las playas, desde Tecpan hasta Lázaro Cárdenas bajan cargamentos de cocaína provenientes de Colombia, según informes federales publicados por Excélsior. Por eso, afirman en la región, Rogaciano no quiere perder el control de la zona. Por eso Los Zetas, que pelean el control de Acapulco, quieren quitarle la plaza a los Beltrán Leyva, socios de El Chapo Guzmán.
Cuidado con Rogaciano. Sus hombres son capaces de meterles un balazo, advierte Eva Alarcón, dirigente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán, una de sus principales adversarias. Nosotros no vamos a decir nada. Estamos amenazados, lamenta.
Todos por aquí se sienten amenazados. Políticos están amenazados. Policías están amenazados. Luchadores sociales están amenazados. El pueblo tiene miedo. Nadie sabe si apoyar a Rogaciano o darle la espalda. Nadie sabe si después de esta guerra seguirá siendo el jefe o si habrá nuevos jefes. En lo que casi todos coinciden es que la violencia real está por venir.
El cacique, el priista, el político, el ganadero, el talamontes, el traficante, el matón, ahora sí está enojado.
Todos esperan la venganza de Rogaciano.
El cártel del Golfo ha intentado matarlo en tres ocasiones; le disputa la plaza al ganadero
Enviado
SIERRA DE PETATLÁN, Gro.— Una vez, un amigo ranchero le quiso disputar la dirigencia de la Unión Ganadera, y Rogaciano le advirtió: “Yo no mato perros, pero te voy a matar”. Otro día, un campesino ecologista le llenó el buche de piedritas, y Rogaciano le dijo: “Cómo no tengo una pistola para matarte aquí”.
El cacique de la Costa Grande Rogaciano Alba Álvarez, el priista que mantiene a todo un pueblo amenazado y atemorizado, ahora es el hombre más amenazado de la región. Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo que normalmente no fallan, lo han querido matar tres veces, según fuentes federales.
Rogaciano tiene más vidas que un gato. La primera vez, el 13 de agosto de 2006 le dispararon 50 balazos a su camioneta Hummer en el puerto de Lázaro Cárdenas, y salió ileso. La segunda vez, el 2 de mayo de 2008, acribillaron a siete de sus colaboradores en Iguala, y él se salvó porque los había dejado minutos antes. Y la tercera, el 3 de mayo, mataron a 10 personas afuera de su casa en Petatlán, y acribillaron a dos de sus hijos, y él no estaba.
Rogaciano se convirtió en el principal blanco del cártel del Golfo en Guerrero. No es para menos. Algunas personas en Guerrero, quienes prefieren guardar el anonimato, afirman que controla a los presidentes municipales y a los policías locales, domina los caminos de la sierra y los pueblos, controla a los talamontes y permite el tráfico de drogas para los hermanos Beltrán Leyva desde hace 20 años. Es el poder real en la zona, dicen. Muchos le tienen miedo y muchos lo admiran. Pero en los últimos dos años, los narcotraficantes de Los Zetas, le quieren quitar el control de la plaza. Se presume que Los Zetas quieren tumbar a Rogaciano por una simple razón: quieren el control de la costa y la sierra, de acuerdo con testimonios de algunos agentes.
Hay quienes aseguran que Rogaciano anda a salto de mata. Que tiene hombres en todos los pueblos de la Costa Grande y Tierra Caliente, pero Los Zetas han logrado penetrar en sus municipios. Cada vez están más cerca. La prueba de ello es que el 3 de mayo, un convoy de 10 camionetas entró hasta Peta-tlán, sin que la policía ni sus propios pistoleros los interceptaran.
Rogaciano es un ranchero de La Chaveta, una región violenta de la Sierra de Petatlán. Su padre se llamaba igual que él, Rogaciano Alba. Es propietario de varias fincas, pero principalmente del Rancho San Felipe, ubicado en Potrerillos. Es un hombre bigotón y usa sombrero. A veces anda en el pueblo a caballo o en camionetas de lujo, como una Hummer. Tiene una casa muy grande, de 20 por 50 metros, en el centro de Petatlán, y es la ley en el pueblo.
—Tengan cuidado. Sus hombres andan armados, dice un funcionario de la presidencia municipal, del PRD.
—Los pueden levantar, y los desaparecen, advierte.
En la calle, nadie quiere hablar de él y los que hablan guardan el anonimato. Los hombres dicen que es buena persona y que ayuda a los pobres. “Cada Navidad reparte camionetas llenas de despensas en las comunidades”, dice la señora Dora Luz Vargas. El Día de las Madres paga el festejo en la preparatoria. Cuando alguien se muere, Rogaciano paga la caja. Cuando hay un enfermo, Rogaciano paga el hospital. A veces, cuando entra al mercado, paga la cuenta de todos los que están comiendo. Es un hombre popular y simpático, dicen. El problema es cuando se enoja, cuando alguien lo hace enojar.
Hace unos años, el ganadero Tomás Enríquez Gutiérrez, aspirante a dirigir la Unión Ganadera Regional, lo denunció públicamente en una reunión.
—¡Mátame aquí, de una vez mátame — le dijo el ganadero tras denunciar que lo había amenazado de muerte.
—Yo no mato perros —le gritó Rogaciano.
—No te tengo miedo. Si me vas a matar, mátame de una vez —le gritó el ganadero, según las crónicas periodísticas.
—Soy tu padre, pendejo, le contestó Rogaciano.
Hay muchas acusaciones contra él. Un supuesto pistolero suyo, Javier Valle Villa, platicó un día que ellos habían asesinado a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, por órdenes de Rogaciano, el 19 de octubre de 2001. Eso provocó que las autoridades investigaran el caso, pero fue imposible seguir: todos los pistoleros supuestamente involucrados habían sido asesinados.
El campesino ecologista Alfredo García Torres acusó al cacique de pagar para matar a Otoniel García, porque no le permitían talar árboles y quemar bosques para sembrar droga. El ecologista preso Álvaro García lo acusó de tener un grupo paramilitar armado para asesinar a campesinos.
Human Rights Watch afirmó que Rogaciano pagó a la policía para matar a un campesino.
Los campesinos de la sierra lo vinculan con los talamontes y los narcotraficantes. Lo relacionan con asesinatos de campesinos y ecologistas. Y hasta los guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) lo han declarado como non grato.
Mejor váyanse. No se metan en problemas, Rogaciano es muy peligroso, dice el señor Pérez, un político del PRD.
A pesar de todo, el hombre sigue siendo un priista distinguido y un líder ganadero con prestigio, de tal manera que la dirigencia de ese partido en la entidad se solidarizó con él por los asesinatos de sus hijos. En la última elección, otra vez fue candidato a síndico. Su foto está enmarcada en el Palacio Municipal de Petatlán como el presidente municipal de 1994 a 1996. En esa época la Procuraduría General de la República (PGR) lo investigó por vínculos con el narcotráfico, pero no hallaron pruebas.
Es un buen hombre. Ayuda a la gente. Nunca se le ha probado nada, dice el capitán Darío de la Rosa Segura, coordinador operativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No entiendo por qué lo quieren matar, agrega.
Su rancho, San Felipe, está ubicado a la orilla de un río en Potrerillos. Tiene caballos finos, vacas lecheras, patos y gallos. Sus fincas tienen un símbolo que todos respetan: una herradura de caballo con una “R” de Rogaciano.
Es buena gente. El señor protegía a todo mundo. A mí me daba trabajo, dice Juan Leyva, vecino del rancho.
Nunca ha habido pruebas contra él, dicen los priistas, pero también lo dicen los perredistas y los panistas.
Algunos lo ven como un Robin Hood, platica Juan Fernando Ortiz, presidente local del PAN. Ayuda a la gente que no tiene dinero. Y su comportamiento ha sido muy recto. Hay rumores, pero no hay pruebas, afirma.
El presidente municipal de Petatlán, José Antonio Armenta, del PRD, tampoco ha visto actos ilegales de Rogaciano (de hecho se dicen compadres).
La Costa Grande es un territorio clave para el narcotráfico. En los municipios de la Costa y Tierra Caliente se siembra mariguana y amapola. Y en las playas, desde Tecpan hasta Lázaro Cárdenas bajan cargamentos de cocaína provenientes de Colombia, según informes federales publicados por Excélsior. Por eso, afirman en la región, Rogaciano no quiere perder el control de la zona. Por eso Los Zetas, que pelean el control de Acapulco, quieren quitarle la plaza a los Beltrán Leyva, socios de El Chapo Guzmán.
Cuidado con Rogaciano. Sus hombres son capaces de meterles un balazo, advierte Eva Alarcón, dirigente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán, una de sus principales adversarias. Nosotros no vamos a decir nada. Estamos amenazados, lamenta.
Todos por aquí se sienten amenazados. Políticos están amenazados. Policías están amenazados. Luchadores sociales están amenazados. El pueblo tiene miedo. Nadie sabe si apoyar a Rogaciano o darle la espalda. Nadie sabe si después de esta guerra seguirá siendo el jefe o si habrá nuevos jefes. En lo que casi todos coinciden es que la violencia real está por venir.
El cacique, el priista, el político, el ganadero, el talamontes, el traficante, el matón, ahora sí está enojado.
Todos esperan la venganza de Rogaciano.
Zetas le dan pelea a Rogaciano - Excélsior
El cártel del Golfo ha intentado matarlo en tres ocasiones; le disputa la plaza al ganadero
Enviado
SIERRA DE PETATLÁN, Gro.— Una vez, un amigo ranchero le quiso disputar la dirigencia de la Unión Ganadera, y Rogaciano le advirtió: “Yo no mato perros, pero te voy a matar”. Otro día, un campesino ecologista le llenó el buche de piedritas, y Rogaciano le dijo: “Cómo no tengo una pistola para matarte aquí”.
El cacique de la Costa Grande Rogaciano Alba Álvarez, el priista que mantiene a todo un pueblo amenazado y atemorizado, ahora es el hombre más amenazado de la región. Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo que normalmente no fallan, lo han querido matar tres veces, según fuentes federales.
Rogaciano tiene más vidas que un gato. La primera vez, el 13 de agosto de 2006 le dispararon 50 balazos a su camioneta Hummer en el puerto de Lázaro Cárdenas, y salió ileso. La segunda vez, el 2 de mayo de 2008, acribillaron a siete de sus colaboradores en Iguala, y él se salvó porque los había dejado minutos antes. Y la tercera, el 3 de mayo, mataron a 10 personas afuera de su casa en Petatlán, y acribillaron a dos de sus hijos, y él no estaba.
Rogaciano se convirtió en el principal blanco del cártel del Golfo en Guerrero. No es para menos. Algunas personas en Guerrero, quienes prefieren guardar el anonimato, afirman que controla a los presidentes municipales y a los policías locales, domina los caminos de la sierra y los pueblos, controla a los talamontes y permite el tráfico de drogas para los hermanos Beltrán Leyva desde hace 20 años. Es el poder real en la zona, dicen. Muchos le tienen miedo y muchos lo admiran. Pero en los últimos dos años, los narcotraficantes de Los Zetas, le quieren quitar el control de la plaza. Se presume que Los Zetas quieren tumbar a Rogaciano por una simple razón: quieren el control de la costa y la sierra, de acuerdo con testimonios de algunos agentes.
Hay quienes aseguran que Rogaciano anda a salto de mata. Que tiene hombres en todos los pueblos de la Costa Grande y Tierra Caliente, pero Los Zetas han logrado penetrar en sus municipios. Cada vez están más cerca. La prueba de ello es que el 3 de mayo, un convoy de 10 camionetas entró hasta Peta-tlán, sin que la policía ni sus propios pistoleros los interceptaran.
Rogaciano es un ranchero de La Chaveta, una región violenta de la Sierra de Petatlán. Su padre se llamaba igual que él, Rogaciano Alba. Es propietario de varias fincas, pero principalmente del Rancho San Felipe, ubicado en Potrerillos. Es un hombre bigotón y usa sombrero. A veces anda en el pueblo a caballo o en camionetas de lujo, como una Hummer. Tiene una casa muy grande, de 20 por 50 metros, en el centro de Petatlán, y es la ley en el pueblo.
—Tengan cuidado. Sus hombres andan armados, dice un funcionario de la presidencia municipal, del PRD.
—Los pueden levantar, y los desaparecen, advierte.
En la calle, nadie quiere hablar de él y los que hablan guardan el anonimato. Los hombres dicen que es buena persona y que ayuda a los pobres. “Cada Navidad reparte camionetas llenas de despensas en las comunidades”, dice la señora Dora Luz Vargas. El Día de las Madres paga el festejo en la preparatoria. Cuando alguien se muere, Rogaciano paga la caja. Cuando hay un enfermo, Rogaciano paga el hospital. A veces, cuando entra al mercado, paga la cuenta de todos los que están comiendo. Es un hombre popular y simpático, dicen. El problema es cuando se enoja, cuando alguien lo hace enojar.
Hace unos años, el ganadero Tomás Enríquez Gutiérrez, aspirante a dirigir la Unión Ganadera Regional, lo denunció públicamente en una reunión.
—¡Mátame aquí, de una vez mátame — le dijo el ganadero tras denunciar que lo había amenazado de muerte.
—Yo no mato perros —le gritó Rogaciano.
—No te tengo miedo. Si me vas a matar, mátame de una vez —le gritó el ganadero, según las crónicas periodísticas.
—Soy tu padre, pendejo, le contestó Rogaciano.
Hay muchas acusaciones contra él. Un supuesto pistolero suyo, Javier Valle Villa, platicó un día que ellos habían asesinado a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, por órdenes de Rogaciano, el 19 de octubre de 2001. Eso provocó que las autoridades investigaran el caso, pero fue imposible seguir: todos los pistoleros supuestamente involucrados habían sido asesinados.
El campesino ecologista Alfredo García Torres acusó al cacique de pagar para matar a Otoniel García, porque no le permitían talar árboles y quemar bosques para sembrar droga. El ecologista preso Álvaro García lo acusó de tener un grupo paramilitar armado para asesinar a campesinos.
Human Rights Watch afirmó que Rogaciano pagó a la policía para matar a un campesino.
Los campesinos de la sierra lo vinculan con los talamontes y los narcotraficantes. Lo relacionan con asesinatos de campesinos y ecologistas. Y hasta los guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) lo han declarado como non grato.
Mejor váyanse. No se metan en problemas, Rogaciano es muy peligroso, dice el señor Pérez, un político del PRD.
A pesar de todo, el hombre sigue siendo un priista distinguido y un líder ganadero con prestigio, de tal manera que la dirigencia de ese partido en la entidad se solidarizó con él por los asesinatos de sus hijos. En la última elección, otra vez fue candidato a síndico. Su foto está enmarcada en el Palacio Municipal de Petatlán como el presidente municipal de 1994 a 1996. En esa época la Procuraduría General de la República (PGR) lo investigó por vínculos con el narcotráfico, pero no hallaron pruebas.
Es un buen hombre. Ayuda a la gente. Nunca se le ha probado nada, dice el capitán Darío de la Rosa Segura, coordinador operativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No entiendo por qué lo quieren matar, agrega.
Su rancho, San Felipe, está ubicado a la orilla de un río en Potrerillos. Tiene caballos finos, vacas lecheras, patos y gallos. Sus fincas tienen un símbolo que todos respetan: una herradura de caballo con una “R” de Rogaciano.
Es buena gente. El señor protegía a todo mundo. A mí me daba trabajo, dice Juan Leyva, vecino del rancho.
Nunca ha habido pruebas contra él, dicen los priistas, pero también lo dicen los perredistas y los panistas.
Algunos lo ven como un Robin Hood, platica Juan Fernando Ortiz, presidente local del PAN. Ayuda a la gente que no tiene dinero. Y su comportamiento ha sido muy recto. Hay rumores, pero no hay pruebas, afirma.
El presidente municipal de Petatlán, José Antonio Armenta, del PRD, tampoco ha visto actos ilegales de Rogaciano (de hecho se dicen compadres).
La Costa Grande es un territorio clave para el narcotráfico. En los municipios de la Costa y Tierra Caliente se siembra mariguana y amapola. Y en las playas, desde Tecpan hasta Lázaro Cárdenas bajan cargamentos de cocaína provenientes de Colombia, según informes federales publicados por Excélsior. Por eso, afirman en la región, Rogaciano no quiere perder el control de la zona. Por eso Los Zetas, que pelean el control de Acapulco, quieren quitarle la plaza a los Beltrán Leyva, socios de El Chapo Guzmán.
Cuidado con Rogaciano. Sus hombres son capaces de meterles un balazo, advierte Eva Alarcón, dirigente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán, una de sus principales adversarias. Nosotros no vamos a decir nada. Estamos amenazados, lamenta.
Todos por aquí se sienten amenazados. Políticos están amenazados. Policías están amenazados. Luchadores sociales están amenazados. El pueblo tiene miedo. Nadie sabe si apoyar a Rogaciano o darle la espalda. Nadie sabe si después de esta guerra seguirá siendo el jefe o si habrá nuevos jefes. En lo que casi todos coinciden es que la violencia real está por venir.
El cacique, el priista, el político, el ganadero, el talamontes, el traficante, el matón, ahora sí está enojado.
Todos esperan la venganza de Rogaciano.
El cártel del Golfo ha intentado matarlo en tres ocasiones; le disputa la plaza al ganadero
Enviado
SIERRA DE PETATLÁN, Gro.— Una vez, un amigo ranchero le quiso disputar la dirigencia de la Unión Ganadera, y Rogaciano le advirtió: “Yo no mato perros, pero te voy a matar”. Otro día, un campesino ecologista le llenó el buche de piedritas, y Rogaciano le dijo: “Cómo no tengo una pistola para matarte aquí”.
El cacique de la Costa Grande Rogaciano Alba Álvarez, el priista que mantiene a todo un pueblo amenazado y atemorizado, ahora es el hombre más amenazado de la región. Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo que normalmente no fallan, lo han querido matar tres veces, según fuentes federales.
Rogaciano tiene más vidas que un gato. La primera vez, el 13 de agosto de 2006 le dispararon 50 balazos a su camioneta Hummer en el puerto de Lázaro Cárdenas, y salió ileso. La segunda vez, el 2 de mayo de 2008, acribillaron a siete de sus colaboradores en Iguala, y él se salvó porque los había dejado minutos antes. Y la tercera, el 3 de mayo, mataron a 10 personas afuera de su casa en Petatlán, y acribillaron a dos de sus hijos, y él no estaba.
Rogaciano se convirtió en el principal blanco del cártel del Golfo en Guerrero. No es para menos. Algunas personas en Guerrero, quienes prefieren guardar el anonimato, afirman que controla a los presidentes municipales y a los policías locales, domina los caminos de la sierra y los pueblos, controla a los talamontes y permite el tráfico de drogas para los hermanos Beltrán Leyva desde hace 20 años. Es el poder real en la zona, dicen. Muchos le tienen miedo y muchos lo admiran. Pero en los últimos dos años, los narcotraficantes de Los Zetas, le quieren quitar el control de la plaza. Se presume que Los Zetas quieren tumbar a Rogaciano por una simple razón: quieren el control de la costa y la sierra, de acuerdo con testimonios de algunos agentes.
Hay quienes aseguran que Rogaciano anda a salto de mata. Que tiene hombres en todos los pueblos de la Costa Grande y Tierra Caliente, pero Los Zetas han logrado penetrar en sus municipios. Cada vez están más cerca. La prueba de ello es que el 3 de mayo, un convoy de 10 camionetas entró hasta Peta-tlán, sin que la policía ni sus propios pistoleros los interceptaran.
Rogaciano es un ranchero de La Chaveta, una región violenta de la Sierra de Petatlán. Su padre se llamaba igual que él, Rogaciano Alba. Es propietario de varias fincas, pero principalmente del Rancho San Felipe, ubicado en Potrerillos. Es un hombre bigotón y usa sombrero. A veces anda en el pueblo a caballo o en camionetas de lujo, como una Hummer. Tiene una casa muy grande, de 20 por 50 metros, en el centro de Petatlán, y es la ley en el pueblo.
—Tengan cuidado. Sus hombres andan armados, dice un funcionario de la presidencia municipal, del PRD.
—Los pueden levantar, y los desaparecen, advierte.
En la calle, nadie quiere hablar de él y los que hablan guardan el anonimato. Los hombres dicen que es buena persona y que ayuda a los pobres. “Cada Navidad reparte camionetas llenas de despensas en las comunidades”, dice la señora Dora Luz Vargas. El Día de las Madres paga el festejo en la preparatoria. Cuando alguien se muere, Rogaciano paga la caja. Cuando hay un enfermo, Rogaciano paga el hospital. A veces, cuando entra al mercado, paga la cuenta de todos los que están comiendo. Es un hombre popular y simpático, dicen. El problema es cuando se enoja, cuando alguien lo hace enojar.
Hace unos años, el ganadero Tomás Enríquez Gutiérrez, aspirante a dirigir la Unión Ganadera Regional, lo denunció públicamente en una reunión.
—¡Mátame aquí, de una vez mátame — le dijo el ganadero tras denunciar que lo había amenazado de muerte.
—Yo no mato perros —le gritó Rogaciano.
—No te tengo miedo. Si me vas a matar, mátame de una vez —le gritó el ganadero, según las crónicas periodísticas.
—Soy tu padre, pendejo, le contestó Rogaciano.
Hay muchas acusaciones contra él. Un supuesto pistolero suyo, Javier Valle Villa, platicó un día que ellos habían asesinado a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, por órdenes de Rogaciano, el 19 de octubre de 2001. Eso provocó que las autoridades investigaran el caso, pero fue imposible seguir: todos los pistoleros supuestamente involucrados habían sido asesinados.
El campesino ecologista Alfredo García Torres acusó al cacique de pagar para matar a Otoniel García, porque no le permitían talar árboles y quemar bosques para sembrar droga. El ecologista preso Álvaro García lo acusó de tener un grupo paramilitar armado para asesinar a campesinos.
Human Rights Watch afirmó que Rogaciano pagó a la policía para matar a un campesino.
Los campesinos de la sierra lo vinculan con los talamontes y los narcotraficantes. Lo relacionan con asesinatos de campesinos y ecologistas. Y hasta los guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) lo han declarado como non grato.
Mejor váyanse. No se metan en problemas, Rogaciano es muy peligroso, dice el señor Pérez, un político del PRD.
A pesar de todo, el hombre sigue siendo un priista distinguido y un líder ganadero con prestigio, de tal manera que la dirigencia de ese partido en la entidad se solidarizó con él por los asesinatos de sus hijos. En la última elección, otra vez fue candidato a síndico. Su foto está enmarcada en el Palacio Municipal de Petatlán como el presidente municipal de 1994 a 1996. En esa época la Procuraduría General de la República (PGR) lo investigó por vínculos con el narcotráfico, pero no hallaron pruebas.
Es un buen hombre. Ayuda a la gente. Nunca se le ha probado nada, dice el capitán Darío de la Rosa Segura, coordinador operativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No entiendo por qué lo quieren matar, agrega.
Su rancho, San Felipe, está ubicado a la orilla de un río en Potrerillos. Tiene caballos finos, vacas lecheras, patos y gallos. Sus fincas tienen un símbolo que todos respetan: una herradura de caballo con una “R” de Rogaciano.
Es buena gente. El señor protegía a todo mundo. A mí me daba trabajo, dice Juan Leyva, vecino del rancho.
Nunca ha habido pruebas contra él, dicen los priistas, pero también lo dicen los perredistas y los panistas.
Algunos lo ven como un Robin Hood, platica Juan Fernando Ortiz, presidente local del PAN. Ayuda a la gente que no tiene dinero. Y su comportamiento ha sido muy recto. Hay rumores, pero no hay pruebas, afirma.
El presidente municipal de Petatlán, José Antonio Armenta, del PRD, tampoco ha visto actos ilegales de Rogaciano (de hecho se dicen compadres).
La Costa Grande es un territorio clave para el narcotráfico. En los municipios de la Costa y Tierra Caliente se siembra mariguana y amapola. Y en las playas, desde Tecpan hasta Lázaro Cárdenas bajan cargamentos de cocaína provenientes de Colombia, según informes federales publicados por Excélsior. Por eso, afirman en la región, Rogaciano no quiere perder el control de la zona. Por eso Los Zetas, que pelean el control de Acapulco, quieren quitarle la plaza a los Beltrán Leyva, socios de El Chapo Guzmán.
Cuidado con Rogaciano. Sus hombres son capaces de meterles un balazo, advierte Eva Alarcón, dirigente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán, una de sus principales adversarias. Nosotros no vamos a decir nada. Estamos amenazados, lamenta.
Todos por aquí se sienten amenazados. Políticos están amenazados. Policías están amenazados. Luchadores sociales están amenazados. El pueblo tiene miedo. Nadie sabe si apoyar a Rogaciano o darle la espalda. Nadie sabe si después de esta guerra seguirá siendo el jefe o si habrá nuevos jefes. En lo que casi todos coinciden es que la violencia real está por venir.
El cacique, el priista, el político, el ganadero, el talamontes, el traficante, el matón, ahora sí está enojado.
Todos esperan la venganza de Rogaciano.
Zetas le dan pelea a Rogaciano - Excélsior
11 mayo 2008
Deja 11 lesionados caída de puente en condominio de Acapulco
Al menos 11 trabajadores heridos, cinco de ellos de gravedad, dejó como saldo la caída de un puente que se construía al interior de un condominio en la Zona Diamante de este puerto.
Todo ocurrió la tarde de hoy cuando los trabajadores "echaban el colado" para terminar la construcción de un puente que se levantaba al interior del edificio, el cual daría fácil acceso a sus habitantes cuando de pronto, la estructura de 50 metros de altura, se vino abajo.
Jorge Antonio Pacheco Alberto, director de Protección Civil del municipio de Acapulco, informó que en el accidente resultaron heridos 11 albañiles que se encontraban trabajando en el lugar, cinco de ellos de gravedad.
Los heridos fueron trasladados al Hospital General y a la Cruz Roja de Acapulco para recibir atención médica, en tanto que las instancias de Protección Civil llevan a cabo la evaluación para conocer las causas del desplome de la estructura.
Deja 11 lesionados caída de puente en condominio de Acapulco - El Universal - Los Estados
Todo ocurrió la tarde de hoy cuando los trabajadores "echaban el colado" para terminar la construcción de un puente que se levantaba al interior del edificio, el cual daría fácil acceso a sus habitantes cuando de pronto, la estructura de 50 metros de altura, se vino abajo.
Jorge Antonio Pacheco Alberto, director de Protección Civil del municipio de Acapulco, informó que en el accidente resultaron heridos 11 albañiles que se encontraban trabajando en el lugar, cinco de ellos de gravedad.
Los heridos fueron trasladados al Hospital General y a la Cruz Roja de Acapulco para recibir atención médica, en tanto que las instancias de Protección Civil llevan a cabo la evaluación para conocer las causas del desplome de la estructura.
Deja 11 lesionados caída de puente en condominio de Acapulco - El Universal - Los Estados
Mueren cuatro en distintos hechos de violencia en Guerrero
Al menos cuatro muertos fue el saldo de varios hechos de violencia, en distintos puntos del estado, durante las últimas horas, informó la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil.
En la localidad de Tecoyo, municipio de Alpoyeca, zona de La Montaña, en una carrera de caballos por motivo de la feria tradicional de Santo Domingo, fue asesinado de ocho balazos Jonás Gálvez Tito, de 27 años de edad, originario de Tlapa de Comonfort.
El hoy occiso recibió al menos ocho impactos calibre 9 milímetros, en diferentes partes del cuerpo. Las autoridades ministeriales señalaron que deconocían el móvil del crimen, así como del paradero del agresor, quien huyó tras los hechos.
En la localidad de Tejoruco, municipio de San Marcos, región de la Costa Chica, fue ejecutado de dos impactos de bala, con arma AR-15, José Luis de Jesús Ruiz de 53 años de edad.
El cuerpo fue identificado por sus familiares, quienes impidieron su traslado al puerto de Acapulco, para la práctica de la necropsia de ley.
Mientras que en la comunidad de Lagunilla, municipio de Tecoapana, zona de la Costa Chica, en una fiesta de quince años, tras una riña, fue asesinado por arma de fuego Hozmel Salmerón Villanueva, de 20 años de edad.
La víctima había sido lesionado con un impacto de arma de fuego bajo la tetilla izquierda, de arma calibre 380, pero en el traslado al hospital regional de Ayutla de los Libres, perdió la vida.
En Acapulco, en la calle 24, de la colonia Los Libros, fue localizado el cuerpo sin vida de Isidro León Encarnación, de 47 años de edad, quien presuntamente se habría suicidado, según versiones de su hermano, Giovanni León Galeana. (Con información de Notimex/RSC)
En la localidad de Tecoyo, municipio de Alpoyeca, zona de La Montaña, en una carrera de caballos por motivo de la feria tradicional de Santo Domingo, fue asesinado de ocho balazos Jonás Gálvez Tito, de 27 años de edad, originario de Tlapa de Comonfort.
El hoy occiso recibió al menos ocho impactos calibre 9 milímetros, en diferentes partes del cuerpo. Las autoridades ministeriales señalaron que deconocían el móvil del crimen, así como del paradero del agresor, quien huyó tras los hechos.
En la localidad de Tejoruco, municipio de San Marcos, región de la Costa Chica, fue ejecutado de dos impactos de bala, con arma AR-15, José Luis de Jesús Ruiz de 53 años de edad.
El cuerpo fue identificado por sus familiares, quienes impidieron su traslado al puerto de Acapulco, para la práctica de la necropsia de ley.
Mientras que en la comunidad de Lagunilla, municipio de Tecoapana, zona de la Costa Chica, en una fiesta de quince años, tras una riña, fue asesinado por arma de fuego Hozmel Salmerón Villanueva, de 20 años de edad.
La víctima había sido lesionado con un impacto de arma de fuego bajo la tetilla izquierda, de arma calibre 380, pero en el traslado al hospital regional de Ayutla de los Libres, perdió la vida.
En Acapulco, en la calle 24, de la colonia Los Libros, fue localizado el cuerpo sin vida de Isidro León Encarnación, de 47 años de edad, quien presuntamente se habría suicidado, según versiones de su hermano, Giovanni León Galeana. (Con información de Notimex/RSC)
Suspenden por quinta ocasión audiencia de caso Amado Ramírez
Por quinta ocasión suspendieron la audiencia en la cual declararían los testigos del asesinato del periodista Amado Ramírez Dillanes, debido a que estos no asistieron, razón por la cual se multó a la Secretaría de Protección y Vialidad del municipio por no llevarlos.
El juez cuarto de lo penal, Jacogo Gorostieta Pérez había citado ayer por quinta ocasión ( y segunda en la semana) a los testigos que presuntamente vieron al probable homicida, Genaro Vázquez Durán asesinar a Ramírez Dillanes.
De acuerdo al expediente 87-2/2007 la policía preventiva debía presentar a Omar Palacios Castillo, Jesús Avilés Clemente, Álvaro y Antonio Rodríguez Priego, en dicho juzgado, pero al no hacerlo se multó a la corporación con mil 577 pesos.
La audiencia para interrogar a los presuntos testigos del crimen estaba programada a las 14:00 horas de este viernes en la segunda secretaría del juzgado cuarto de primera instancia del ramo penal. Estuvieron presentes el agente del Ministerio Público adscrito al juzgado, Gustavo Vázquez Muñoz y la secretaría de acuerdos, Eleazar Franco Acosta.
El agente del MP adscrito al juzgado cuarto, Gustavo Vázquez Muñoz, comentó que el oficio se envió el 7 de mayo para que el titular de la SPV presente mediante la fuerza pública a los cuatro testigos y se realice la diligencia de interrogatorio y afirmó que el proceso legal debe continuar.
Cabe destacar que de acuerdo a fuentes de los juzgados, sin la declaración de los testigos, la ahora endeble investigación de la Procuraduría de Justicia del Estado se puede venir abajo al quedar libre el único implicado directo en la investigación por el homicio del periodista Ramírez Dillanes, corresponsal de Televisa.
--
Juan José Belmonte Torres
10 mayo 2008
Ejecutan a tres con “cuernos de chivo” en cercanías de Acapulco
Tres personas fueron encontradas ejecutadas a balazos esta mañana a bordo de un auto cuando viajaban rumbo al puerto de Acapulco, procedentes de San Marcos.
De acuerdo a fuentes de la Procuraduría de Justicia del Estado, los occisos fueron identificados como como Ángel Heredia Romualdo de 48 años –quien conducía la unidad-, Ediberto Hernández Gutiérrez 56 años y Rosa Maria Arredondo morales de 51 años.
Los tres viajaban en un automóvil jetta color blanco placas 1265FFF del estado de Guerrero. Por el color de la unidad se pensó que se trataba de un taxi de los que que cubren la ruta San marcos-. Acapulco.
De acuerdo a las fuentes en el lugar se encontraron 26 casquillos percutidos calibre 7.62, usados en rifles AK-47 (cuernos de chivo) y AR-15.
Los cadáveres fueron encontrados en el interior del vehículo a unos metros del puente del río Papagayo y fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) de Acapulco, en donde se les practica la necropsia de ley en estos momentos.
Las primeras investigaciones indican que pudieron haber sido ejecutados en el transcurso de la noche y se cree que pudo haber sido producto de un asalto, sin embargo por el calibre de las armas se cree que pudiera estar relacionado con el crimen organizado.
--
Juan José Belmonte Torres
Arriba buque escuela ecuatoriano a Acapulco
El buque escuela Guayas, procedente de Ecuador, ancló este jueves en la bahía de Acapulco como parte del viaje de formación de 32 guardamarinas, de los cuales 3 son mujeres.
El comandante y capitán de navío, Freddy García Calle indicó que durante la estancia del barco Guayas en Acapulco permanecerá abierto al público con un horario de 10 de la mañana a las 9 de la noche, a fin de que conozcan las costumbres de Ecuador.
En conferencia de prensa arriba del velero, García Calles explicó que harán un recorrido de ocho meses por puertos como San Diego, Honolulu y Los Angeles, en Estados Unidos; Vancouver,Canadá; Tokio, Japón; Vlandivostok, Rusia; Osaka, Japón; Pusan, Corea del Sur; Shangai, China, entre otras lugares del mundo.
Agregó que los guardiamarina que concluirán su formación e instrucción práctica naval son 32 y destacó la participación de tres mujeres, los cuales van a cumplir con el crucero de instrucción denominado ASIA 2008, el cual tiene como objetivo formarlos en la navegación y concluirá hasta el 11 de diciembre, cuando arribe a Guayaquil, Ecuador.
"Todos los guardiamarinas deben realizar un crucero de instrucción adecuado y formarlos en la navegación porque ya está un poco olvidado lo que los marinos hacían debido a las técnicas modernas", dijo.
García Calle declaró que es la tercera o cuarta ocasión que el buque llega a Acapulco, e incluso la primer dotación de marinos del buque escuela Cuauhtémoc se formó y capacitó durante el año de 1981 en el Guayas.
El buque Gauyas, el cual fue construido en el astillero Celaya de la ciudad de Bilbao, España, en 1997, ha representado a Ecuador como su "embajador itinerante de los mares del mundo" durante 31 años, por lo que ha realizado a la fecha 25 cruceros internacionales.
El comandante mencionó que en el recorrido por los países los guardiamarinas estarán acompañados de 14 oficiales, 93 tripulantes, un servidor público de la Armada, invitados nacionales del Ejército, cinco oficiales invitados de las armadas de Argentina, Brasil, Cánada, México y Venezuela, un docente de la Escuela Superior Naval y un invocado de la escuela de Superior Politécnica del Litoral.
El buque escuela Guayas zarpará el lunes hacia San Diego, en Estados Unidos, donde permanecerá hasta del 29 al 2 de junio en un viaje "no de placer si no de instrucción".
--
Juan José Belmonte Torres
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
