20 junio 2012

Superpandillas, la nueva amenaza en México - Vanguardia

  • México, DF.  México enfrenta la posibilidad de mayor violencia, por la fragmentación de grupos criminales que de seis grandes cárteles en 2006 llegarán a 20 en 2014, estimó un estudio del grupo SouthernPulse, que puso a Acapulco como “representativo del futuro”.
    De acuerdo con Samuel Logan, director de SouthernPulse, para finales de 2014, “los hombres organizados por El Chapo y su principal rival Heriberto Lazcano, ya no serán los principales motores de la violencia en México.
     “En el nivel hiperlocal, pandillas superpoderosas armadas con Twitter y YouTube, el arma del temor, y un arsenal envidiable, manipularán a políticos locales y policía municipal”, afirmó Logan en la introducción al reporte sobre la situación de Acapulco.
    Siempre según esa interpretación, las cuatro principales ciudades en ese proceso de fragmentación son Monterrey, Guadalajara, Ciudad Juárez y Acapulco. Tijuana, a su vez, serviría como un “caso de control” donde el predominio de un grupo anuncia menos violencia y pequeño o ningún desarrollo de bandas callejeras.
    En ese sentido Acapulco “representa el futuro del conflicto del narcotráfico en México”, donde pandillas callejeras super-poderosa y descendientes de los grandes cárteles son responsables de cada vez más violencia, indicó un reporte de la organización SouthernPulse.
    El texto afirma que el futuro del conflicto del narcotráfico se encuentra en la lucha por el control de bandas cada vez más pequeñas en número de integrantes, pero más pandilla disputando las calles.
    De hecho, el estudio considera que en Acapulco las bandas de vecindario, o de “nivel tres”, con “tan pequeñas y tan numerosas” que las organizaciones criminales mayores y sus aliados locales no pueden controlarlas, aunque a veces las enfrentan cuando interfieren en “su territorio” sin pagar “derecho de piso” por la venta de drogas al menudeo.
    Pero al mismo tiempo, los componentes de esas bandas son considerados como duros, astutos, “extremadamente violentos” y ambiciosos.
    De acuerdo con el informe,  en los últimos años, la zona metropolitana de Acapulco ha registrado uno de los más altos niveles de violencia criminal en México, toda vez que  dos organizaciones criminales pequeñas han luchado por el control territorial de la ciudad con el apoyo externo de cárteles mayores que operan a escala nacional.
    La zona metropolitana de  esa ciudad turística también proporciona una instantánea de cómo el medio ambiente criminal evoluciona a medida que las organizaciones se adaptan, y en última instancia, presentan un desafío a la seguridad pública que ni el gobierno mexicano ni muchas empresas internacionales están preparados para enfrentar.
    El estudio de SouthernPulse, una empresa estadunidense de análisis de riesgos, sostiene que su “trabajo de investigación ha puesto de manifiesto que si bien existen varios niveles de funcionamiento la actividad delictiva y de pandillas en toda la zona metropolitana de Acapulco, la actividad delictiva se organiza en grupos de importancia descendente.
    En el primer nivel están las organizaciones delictivas transnacionales,  o sea el cártel de Sinaloa y Los Zetas; en el segundo se encuentran los grupos criminales regionales o “pandillas callejeras superpoderosas” o “superpandillas”, considerada por algunos analistas como cárteles, por ejemplo el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA). El tercer nivel se refiere a pequeñas pandillas, formadas por oportunistas criminales y frecuentemente integradas por cuatro o cinco personas.
    Según el análisis, los cárteles mayores operan de forma indirecta, con esporádicas acciones directas como los homicidios registrados a principios de abril de 2012  acompañados por mensajes firmados por el cártel de Sinaloa.
    “Mientras que la zona metropolitana de Acapulco es disputada por varios grupos, su proximidad con el territorio del cártel de Sinaloa se refleja en la mayor actividad de este grupo. Sin embargo, Los Zetas y el cártel del Golfo también operan en la ciudad, indirectamente a través del apoyo de superpandillas de segundo nivel”, precisó.
    Así por ejemplo, la organización de los Beltrán Leyva (BLO) operó en la ciudad, pero ya no tiene ningún territorio en el estado de Guerrero aunque los dos grupos más importantes en Acapulco, La Barredora y el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA), son escisiones de los Beltrán.
    Dado el alto nivel de la actividad de los superpandillas, y el valor estratégico relativamente bajos de esta plaza, en comparación con Nuevo Laredo o Monterrey, “creemos que es poco probable que las organizaciones de nivel uno se centrarán sobre Acapuldo en los próximos meses. Sin embargo, la mayor presencia del cártel de Sinaloa o de la actividad indirecta de Los Zetas es posible, especialmente a través de su apoyo a grupos regionales como La Barredora y el CIDA.



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