El Universal
Cientos de fieles acudieron a la catedral de Nuestra Señora de la Soledad y a la parroquia de Guadalupe para ver las reliquias de Juan Pablo II que, por 4 días estuvieron en tres municipio del estado de Guerrero.
No les importó la inseguridad que prevalece en el municipio de Acapulco, ya que desde municipios de la Costa Grande y Chica acudieron a ver la replica en cera del ahora beato y una cápsula con sangre del Papa peregrino.
El arzobispo de Acapulco Carlos Garfias Merlos oficio una misa a las 10 hrs. donde recalcó que pudo más la fe que la inseguridad, para que cientos de fieles visitaran Juan Pablo II.
Posterior a la misa, los organizadores que traen la caravana con las reliquias abrieron públicamente en la catedral la muestra del féretro de cristal, donde dormido se encontraba Karol Józef Wojty³a.
La replica en cera de Juan Pablo II porta un traje blanco con franjas rojas, ropa que usó en vida en múltiples actos en la ciudad del Vaticano, Roma.
En Guerrero, las reliquias fueron llevadas después de Acapulco a Chilpancingo, Ciudad Altamirano y posteriormente se trasladaron a Lázaro Cárdenas Michoacán.
Por la llegada de las reliquias del sumo pontífice, el zócalo de Acapulco se convirtió en un enorme tianguis, donde vendieron de todo, incluso, llaveros y almohadas con su rostro impreso.
No faltó la sagacidad de los vendedores ambulantes para la venta de fritangas, antojitos, ropa de playa y discos compactos con la canción “Amigo” con la que se liga a Juan Pablo Segundo con México, la cual se le cantó en su primera visita a México en 1979.
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