“Hay temor de que algo le pase a nuestros hijos”, menciona Claudia, quien tuvo que acompañar a sus dos niños de 8 y 10 años en su camino a la escuela primaria federal Mi Patria es Primero, en la unidad habitacional Vicente Guerrero.
En el primer día de clases, y tras un verano de decenas de asesinatos y ataques en el puerto, padres que tienen a sus hijos en escuelas particulares y públicas optaron por ir ellos a recogerlos y no dejarlos solos, así la escuela estuviera cerca de su casa.
“Ya nadie está seguro”, pues secuestran al niño rico y pobre, dice Claudia, quien a pesar de que vive a dos cuadras de la escuela primaria Mi Patria es Primero, tuvo que dejar algunos quehaceres del hogar y preocuparse por llevar y recoger a sus hijos. Claudia, quien es ama de casa, dice que antes sólo se llevaba a la escuela a los niños de preescolar y primeros años de primaria.
En un recorrido por escuelas del puerto se pudo constatar que madres y padres de familia desde las 7:00 horas estaban afuera de las escuelas hasta que sus hijos entraran a los salones de clases y nuevamente a las 12:00 y 13:00 horas, ya estaban esperándolos a su salida.
“Cualquier cosa, o si sales antes me marcas al celular”, le dice una madre a su hija de nueve años que ingresaba a la escuela particular La Salle, ubicada en la avenida Farallón. Explica que le compró un celular para que estén comunicadas. “Ahora el celular ya no es un lujo sino una necesidad, puedo estar al pendiente”.
La ama de casa comenta que hace tres semanas aproximadamente en esa institución educativa, hombres armados entraron a la escuela y sacaron a un niño de 16 años, a quien secuestraron y después apareció muerto en el poblado de La Sabana. “Es algo que ya rebasó el límite”.
En la secundaria técnica 1, en la avenida Ruiz Cortines, madres de familia solicitaron a la directora del plantel que sus hijos sean cambiados al turno de la mañana o la hora de salida vespertina se adelante de las 21:00 horas a las 20:00 horas.
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