Piden informes sobre secuestrado con el apoyo de México Unido Contra la Delincuencia

Los cuatro hijos del profesor Rodrigo Carrada Gómez, quien fuera secuestrado en junio pasado hicieron un llamado para solicitar informes de su paradero. Lo anterior, en conferencia de prensa, en dodne participaron miembros de México Unido Contra la Delincuencia.

En conferencia de prensa, los hijos del profesor Carrada Gómez informaron que tres personas fueron detenidas y están sujetos a proceso penal por el secuestro de su padre. Sus nombres son : Santiago Hernández Marín, alias "El Marín", de 48 años de edad y originario de Azoyú, Guerrero. Su presunta función dentro de la organización era la de efectuar las llamadas de negociación con la familia de la víctima; actividad que alternaba con la ocupación de taxista; José Ignacio Pérez Hernández, de 40 años de edad, originario de Acapulco, Guerrero, quien alternaba la ocupación de empleado de mantenimiento de un sanatorio con la actividad delictiva, y José Antonio Pérez Hernández, de 32 años de edad, originario de Acapulco, Guerrero, quien también alternaba la actividad delictiva con la ocupación de empleado de mantenimiento de un sanatorio.

Pese a que uno de ellos está plenamente identificado por la voz, ninguno ha aceptado su participación. Por estos hechos se inicio la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/146/2009.

Ante esto en un acto desesperado los familiares decidieron acudir a los medios de comunicación para pedir su ayuda y de la sociedad acapulqueña para dar con el paradero de su padre Rodrigo Carrada Gómez.

En la rueda de prensa estuvo presente María Elena Morera de Galindo, ex presidenta de la asociación México Unido Contra la Delincuencia, aseguró que gracias a la participación de la gente se han resuelto muchos casos de secuestro, por eso decidieron llevar a cabo esta conferencia de prensa.

Las líneas de investigación señalan que el modo de operar de esta organización criminal de "Los Marín", que operaba en el puerto de Acapulco, consistía en interceptar a su víctima en momentos que arribaba a su domicilio particular, los presuntos secuestradores utilizaban armas cortas para amagarla e introducían en un vehículo. Como medidas de presión hacia la familia de la víctima, los integrantes de este grupo criminal amenazaban con causarle algún daño a la persona plagiada, en caso de no cumplir con sus exigencias económicas.

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Juan José Belmonte Torres