Cambió en la vivencia cultural mexicana la visión sobre la muerte, aseguran

El catedrático en Moral, por la  Universidad Pontificia de México, Eduardo Bonnín Barceló señaló que la vivencia cultural sobre la muerte ha cambiado en México, volviendola incluso untema tabú.
    Al participar con la ponencia "El sentido humano de la muerte" en el Congreso de Bioética que se celebra en este puerto, Eduardo Bonnín, explicó que en la antigüedad se buscaba vivir con autenticidad el final de la vida. como ejemplo citó la liturgia de la Iglesia Católica en dinde se pedía ser librado de muerte súpita y repentina, porque seria imposible la conversión de vida anterior si se estaba con pecado.
    Sin embargo en la actualidad "mucha gente pide la muerte repentina, han cambiado mucho las vivencias cuturales con respecto a la muerte", señaló el facultativo en Moral.
    Calificó como una paradoja el que una sociedad que se quiera superar haya hecho de la muerte un tabú, ya que antes, la muerte era un acontecimiento público y ahora "se pide mantenerse escondido como si su mencion produciera una tragedia".
       Informó que los signos de este rechazo a la muerte se multiplica en sociedades desarrolladas "incluso se pide que la visita de un sacerdote a un enfermo grave sea vista como casual y no se relacione con la muerte".
     "Con las técnicas modernas y normas de tanatologia se quiere borrar el patetismo para que la muerte no se muestre como es... una asepsia impresionante rodea el hecho de morir para que ninguna de sus aristas hiera nuestra sensibilidad", puntualizó el especialista.
    Dijo que en una sociedad secularizada la muerte se tiene que sentir como una amenza contra el dominio progresivo del hombre con la naturleza, ya que se vuelve la experiencia de un fracaso que destruye la ansias de vivir.
     Incluso para la sociedad la muerte no parece encerrar ningún sentido, sobretodo cuando es la muerte de una persona joven que se encuentra en plena madurez, especificó Bonnín Barceló.
     Por tal motivo aseguró que se debe redescubrir con perspectiva diferente lo que significa la muerte y no soportarla "como una fatalidad absurda", ya que desde una postura agnóstica, "la muerte es una realidad de la que nadie podrá escapar".

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Juan José Belmonte
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