- Los cuerpos fueron hallados horas más tarde en el fraccionamiento Mozimba
Las cabezas de dos personas fueron encontradas decapitadas en el crucero de la colonia La Garita de Acapulco, en el mismo lugar donde el pasado 19 de abril fueran abandonadas las cabezas del comandante del grupo Relámpago, Mario Núñez Magaña y el policía auxiliar José Alberto Ibarra.
Los hechos, se registraron a 48 horas de iniciar la jornada electoral. Con estas dos cabezas, sumarían cinco los decapitados en el puerto en lo que va del año, incluyendo la cabeza arrojada ayer en las escalinatas del Ayuntamiento.
Fuentes de primer nivel de la Secretaría de Protección y Vialidad de Acapulco (SPyV), informaron que el hallazgo se registró a las 05:00 horas de este viernes, en el muro de las oficinas de la Coordinación Administrativa de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de Guerrero, entre las avenidas Cuauhtémoc y Farallón, en el crucero de La Garita.
Al lugar llegaron peritos del Servicio Médico Forense (Semefo), quienes proporcionaron como características de las cabezas, que eran de tez morena, cabello chino, edades que oscilaban entre los 30 a 35 años. Una de ellas tenía bigote y ambas tenían mordazas de cinta canela en los ojos y boca.
Como viene siendo característico en estos casos, se encontró un mensaje en una cartulina color naranja que decía: "Un mensaje más mugrosos. Para que aprendan a Respetar", firmado con una zeta entre comillas.
Elementos de la Policía Preventiva municipal y de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) tendieron un cerco de seguridad para evitar que la prensa y curiosos se acercaran a tomar fotografías y alteraran la escena del crimen.
Tres horas después, los cuerpos decapitados fueron encontrados en la calle Del Mar, en el fraccionamiento Mozimba, al poniente de la ciudad, en un lote baldío frente a la casa marcada con el número 235. En dicha colonia, el pasado 30 de mayo, localizaron el cadáver de una persona ensabanada.
Uno de los cuerpos encontrados estaba envuelto en una cobija verde a cuadros, y se apreciaban las manos atadas hacia la espalda y los pies atados con cinta canela. El otro cadáver también estaba envuelto en una sobre cama roja a cuadros y tenía las manos atadas hacia atrás y los pies amarrados con cinta canela.
Juan José Belmonte Torres
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