23 julio 2007

Recibe Procuraduría del Turista en Acapulco 11 denuncias

En lo que fue la segunda semana de la temporada vacacional, la Procuraduría del Turista recibió once denuncias las que van desde el extravío de documentos hasta el fallecimiento de un turista estadounidense.

      De acuerdo al procurador del Turista, José Manuel Huerta Colorado, el turista estadounidense Nicholas Ernest Hayes Dwayne, falleció en el interior de un restaurante en Caletilla minutos después de haber salido de nadar.

     Hayes Dwayne era jubilado en el Ejército de Estados Unidos y rentaba un apartamento en la parte alta del restaurante Bocamar en Caletilla. Las causas del fallecimiento fueron naturales, según revelaron peritos de la Procuraduría de Justicia.

      El turista Nelson Saúl González Orozco, procedente de Uruapan, Michoacán, denunció también que fue víctima de robo en la playa de Puerto Marqués el sábado por la noche, cuando nadaba en el mar.

     Dijo desconocer el momento en que se llevaron sus pertenencias entre las que se encontraban la factura y la tarjeta de circulación de su vehículo, tarjetas de crédito, identificaciones y una billetera de su esposa con dinero, cantidad que no especificó.

      Cabe destacar que otras cinco denuncias presentadas son por extravío de placas, esto en la Condesa, Costa Azul, la calle Vasco de Gama y en la Costera Miguel Alemán.

     Otras tres denuncias presentadas fueron por pérdida de documentos, en el aeropuerto, en la Glorieta de La Diana y en la playa Condesa.


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Juan José Belmonte Torres

1 comentario:

  1. Betty Miño3:04 p.m.

    Señores:
    Procuraduría del Turista Acapulco
    Soy Betty Miño, fuí a Acapulco el 05 de Agosto de 2011 en calidad de tour líder de un grupo de empleados del Gobierno Autónomo Municipalidad de Ambato-Ecuador, mi denuncia se refiere a que mi hijo fué poco menos que atracado en el parque acuático cici, cuando por un desface en el tiempo convenido no pudimos encontrarnos.
    En el ingreso solicitó que simplemente le dejaran ingresar para verificar si yo me encontraba dentro de las instalaciones, para lo cual lo único que necesitaban era que lo acompañara algún guardia o a su vez que vocearan mi nombre en alto parlante, pero, le obligaron a pagar 25 dólares solamente para constatar que yo no estaba allí.

    Me parece un total abuso contra el turista, pues deja en muy mal predicamento a este establecimiento que contrasta totalmente con la amabilidad y la cultura turística del pueblo mexicano.
    La Procuraduría debería poner enégicos correctivos.

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