- Asisten más de 5 mil fieles a la misa solemne
Ante más de 5 mil fieles católicos, El nuncio apóstolico en México, Christophe Pierre, leyó una carta enviada por el Papa Benedicto XVI en donde felicita "ampliamente" al arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco en sus Bodas de Oro.
El evento, desarrollado en la obra de lo que será la Catedral de Cristo Rey, congregó además de al nuncio -que visita por primera vez el puerto- al cardenal de Guadalajara, S.E. Juan Sandoval Iñiguez, a 30 obispos y 200 sacerdotes provenientes de todo el país.
Al inicio, el nuncio apóstolico en México, Christophe Pierre, tradujo una carta escrita en latín por Benedicto XVI dirigida a monseñor Aguirre Franco, en donde lo felicita porhaberse esforzado " para que los fieles vivan incoporados a Cristo y busquen las cosas de allá arriba, colaborando a la edificación de todo el cuerpo místico".
Benedicto XVI también reconoció a quien es desde hace siete años obispo del puerto, "la diligente aplicación con que te has dedicado al cuidado de los planes de la acción pastoral, promoviendo la unidad y comunion de presbíteros".
"Recibe querido hermano, todos los mejores augurios de prosperidad junto con nuestras plegarias", finalizó el escrito leído en el altar, que era precedido por una imagen de cinco metros del Señor de la Misericordia, copia del original unicado en Encarnación de Díaz, Jalisco, pueblo natal de Aguirre Franco.
El evento congregó también a funcionarios federales, como el delegado en Guerreo del IMSS, Marcos Efrén Parra y funcionarios estatales como el secretario de Finanzas, Carlos Álvarez Reyes y el secretario de Educación, José Luis De la Vega. También se vio al senador de Convergencia, Luis Walton Aburto.
En la homilía, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, señaló que para que una vocación se realice se necesita una respuesta del hombre.
Se refirió al festejado monseñor Felipe Aguirre Franco como una persona humilde, "muy formal y cantador. Ha compuesto himnos, es idéntico a si mismo".
Sandoval Íñiguez llamó a los presentes a que en la celebración de los 50 años de sacerdocio, predomine el sentimiento de gratitud, porque "vivir 50 años de sacerdote es porque Dios lo dejó vivir. Es de Dios vivir muchos años. No son méritos personales, no es el hombre. Es la gracia de Dios que disfrutamos".
Al finalizar la celebración eucarística, el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco agradeció la visita de obispos, scaredotes y laicos y señaló "Seguiré elevando la copa de salvación".
En referencia a lo dicho por el cardenal de la Guadalajara quien se refirió a él como un hombre cantador, Aguirre Franco respondió: "Soy como el maiz de mayo para cantar: picado y malo... Siempre me ha gustado cantar".
La misa terminó con la entonación del Regina Coeli por parte de monseñor Aguirre Franco, secundado por el magnífico "Aleluya" de Handel, interpretado por la Orquesta Filarmónica de Acapulco.
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Juan José Belmonte
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