Cientos de acapulqueños se sumaron a las movilizaciones que a nivel nacional se llevan a cabo contra la lucha que el gobierno federal ha emprendido en el combate al crimen organizado. En silencio, expresaron un “estamos hasta la madre” de personas que han muerto y que el presidente Felipe Calderón Hinojosa ha calificado como “daño colateral”.
El punto de encuentro fue sobre la costera Miguel Alemán, a la altura del Asta Bandera, de donde por lo menos 500 personas vestidas de blanco partieron en marcha hasta el zócalo.
En la mayoría de las mantas plastificadas que iban al frente del contingente había leyendas como “No más sangre” y “Estamos hasta la madre” de los movimientos sociales que se han desarrollado a nivel nacional, como el de poeta Javier Sicilia.
Asimismo, en cartulinas que mostraban los participantes se expresaban pensamientos particulares: “Basta de gastar en armamento”, “Demos oportunidad a la paz, no a la guerra”, “Ya basta, alto al fuego”, “La violencia no se combate con más violencia” y “Esta guerra no es nuestra”.
Entre las más significativas había leyendas de personas que han sufrido la muerte de algún familiar o personas cercanas. “Esto va por mi hijo”, “Muerto inocente” y algunos con playeras con fotografías de jóvenes muertos y desaparecidos.
En el contingente iban personas de todas las edades, representantes de la sociedad civil y la Iglesia católica. Conforme avanzaba la caravana personas se unieron; los que pasaban en vehículos observaban detenidamente las pancartas, en la calle otros expresaban de manera sincera un “ya estamos hasta la madre”.
En el zócalo los participantes se aglutinaron frente a un templete que ya estaba instalado para algunos oradores, del lado derecho de este fueron colocadas las flores y las veladoras que llevaban; con las flores formaron una cruz y con las velas un circulo que la rodeó.
El vocero de la arquidiócesis de Acapulco y sacerdote, Jesús Mendoza Zaragoza, celebró que por fin se haya alzado la voz para exigir paz y consideró que el miedo es la principal arma de los violentos.
“Los ciudadanos nos manifestamos enérgicamente con el vivo interés de defender la paz que se nos ha arrebatado dejándonos abandonados en la desprotección y la inseguridad; era tiempo de que empezáramos a sacudirnos el miedo para ponernos de pie, salir a la calle a caminar juntos para darnos cuenta de que no estamos solos y compartimos en gran interés para construir la paz”, dijo.
Francisco Camacho expresó que una marcha por si misma cambie el mundo pero sí lo hará si los participantes cambian.
“La miseria es el mejor caldo de cultivo para han optado por ser chingones con un arma en la mano, con la depredación y la muerte de los demás, porque el chingón no mira hacia atrás y pasa por sobre quien sea, desde la clandestinidad, desde el crimen o desde el escritorio o desde una curul de las Cámaras”, dijo.
Mujeres por la paz
En tanto, en Taxco, unas 200 personas en su mayoría mujeres, entre ellas la presidenta de la Comisión de Equidad y Género en el Congreso local, Alicia Sierra Martínez, vestidas de blanco y con cartulinas en señal de protesta, caminaron por la ciudad para manifestar su inconformidad por la ola de violencia que se ha presentado en la entidad y que está afectando a este destino, además de responder a la marcha por la paz convocada a nivel nacional por el escritor Javier Sicilia.
Después de las 5 de la tarde, este contingente partió de la Garita, caminando por las principales calles. Tomó la calle Miguel Hidalgo y llegó hasta el tramo conocido de los Castillos.
En la caminata, las mujeres portando algunas cartulinas en rechazo a la violencia, lo mismo que una manta que estuvo al frente del contingente con el texto “Paz y justicia, basta, no más violencia”, llamó la atención, en este día domingo cuando las familias acostumbran salir a caminar por el primer cuadro de la ciudad.
En la marcha, se unieron obreros, plateros, trabajadores del volante, empresarios, amas de casa y estudiantes, quienes exigieron un alto a la violencia, reclamaron paz en la ciudad.
El contingente fue nutriéndose conforme pasaron por varias bocacalles, donde se unieron sectores hasta arribar a la Plazuela de la Libertad de Expresión que ya los esperó otro grupo que sumó, lo mismo que turistas y algunos ciudadanos que presenciaron la manifestación.
Con un “No”, escrito en una manta que estuvo en medio y algunos zanqueros y en silencio caminaron por las empedradas calles y llegaron hasta el centro de la ciudad, para la realización de un acto-mitin y exigir a las autoridades de gobierno una mayor seguridad.
En el lugar, Roberto Díaz Portillo integrante del Comité Ciudadano, se solidarizó con el poeta Javier Sicilia y al mismo tiempo afirmó que la marcha culmina con poesía y canto, como “un granito de arena en este mar de esperanza silenciosa que se construye desde la sociedad civil”.
Por ello, lanzó al gobierno federal “un alto y ya basta”, aunque consideró que no es suficiente decirlo, pero es sin duda para tratar “de detener la guerra y luchar por una paz con dignidad”.
Díaz Portillo exclamó: ¡estamos hasta la madre!, porque en verdad estamos cansados y hartos de esta cotidianidad de muerte, de esta cotidianidad que reclama al ciudadano silencio, para volverlo cómplice de la impunidad de los asesinos.
Dijo que “no queremos esta guerra, no queremos seguir poniendo los muertos, no queremos un estado fascista policiaco y militarizado”. Al mismo tiempo exigió vivir en paz “queremos que, el Ejercito regrese a los cuarteles, que la lucha contra el crimen organizado sea por parte de las instituciones encargadas de la seguridad pública y no de las encargadas de la seguridad nacional”.
Posteriormente se realizaron actos poéticos y también se continuó con el discurso a favor de la paz y contra la violencia.
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