El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfías Merlos, pidió a las autoridades de la Procuraduría de Justicia resolver el asesinato del niño, quien el viernes fue secuestrado y ayer apareció muerto en la puerta de su departamento del edificio 18 de la Unidad Habitacional Alta Progreso.
Durante la homilía dominical, celebrada en la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, hizo el llamado a la sociedad para construir la paz desde el seno de las familias acapulqueñas y condenó la muerte del pequeño de siete años.
Dijo a los feligreses estar consternado por los hechos y lamentó que le hayan arrebatado la vida a un niño que comenzaba a disfrutarla, pidió oraciones a Dios por su eterno descanso pero enfatizó que las autoridades tienen la obligación de resolver el crimen.
Insistió en que las autoridades policíacas tienen que intervenir inmediatamente en la solución de ese homicidio porque es un daño enorme a la sociedad y a la propia familia y no debe permitirse que se caiga en la impunidad.
El prelado de la iglesia católica pidió durante una conferencia de prensa, que en Acapulco se reconstruya un clima de paz y de respeto entre las personas para que disminuyan los hechos violentos que se han presentado en los diferentes estratos sociales que parecen interminables.
"Desde mi llegada a la Diócesis de Acapulco el mensaje que siempre he enviado ha sido el de la paz y ante la serie de hechos violentos que han ocurrido en Acapulco y que dolorosamente han alcanzado a un menor de siete años de edad es pertinente insistir en el llamado a la paz porque no se puede vivir con la violencia todo el tiempo".
Debido a que la violencia que se ha presentado en Acapulco en los primeros meses del año, afecta a la sociedad, especialmente a la familia, refirió que es necesario fomentar el amor, caridad y la tolerancia entre las familias para que haya más respeto por la vida.
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