31 diciembre 2010

PRI, PRD y PAN con lo mismo

 

Por: Juan José Belmonte Torres*

 

Pese a las "innovaciones" en materia de propaganda política o mejor dicho, de espacios para hacerla (porque la propaganda en sí, el contenido es más de lo mismo), las campañas han llevado a los guerrerenses a un desencanto más profundo del que ya se encontraba sumido.

La falta de nuevas ideas y propuestas, la sobresaturación y el manejo de emociones que pudieran impactar en otros tiempos, en esta ocasión, no dicen nada porque dicen lo mismo. Si pudiéramos colocar lado a lado las propuestas de los candidatos a gobernadores de Guerrero, nos encontraríamos con una similitud comparable a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.

Hace tres años, cuando las campañas a alcalde de Acapulco, las propuestas eran las mismas: solucionar el problema del agua, una propuesta que por sí sola tenía ya una solución en curso, pues durante el trienio de Félix Salgado Macedonio se lograron acuerdos de los tres niveles de gobierno para sanear la bahía de Acapulco aunado a que, también llegó el ofrecimiento de España de entregar 350 millones de pesos para el tratamiento del agua en el puerto.

Los candidatos hablaban y hablaban del tema y el "yo no me quiero bañar a jicarazos" se inmortalizó como un grito de protesta acapulqueño ante la dura situación que se vivía por la escasez de agua en Acapulco que afectó incluso a la zona turística en la franja costera. Sin embargo el revolucionario grito no fue suficiente para ganar las elecciones al turnar un asunto de seriedad en un asunto cómico al mostrar por toda la bahía a un pobre señor bañándose en un cuarto de baño montado sobre la plataforma de un camión torton.

Actualmente los candidatos ofrecen lo mismo: Becas, fertilizante, medicinas, cobertura de salud, empleos. Pese a que firmen los compromisos eso no implica más que un compromiso moral, ya que de incumplir lo firmado aún frente a Notario, no hay sanción que los castigue de incumplir. Los candidatos piensan que la palabra como una cuestión de honor o moral, sigue importando, cuando la sociedad se encuentra en sus niveles históricos más bajos en la escala de valores (lo cual se ve refleja, por ejemplo, en el valor de la vida humana en donde vemos que ya no basta con privar de la vida a alguien, sino perder el respeto a la misma condición humana comenzando años atrás con decapitaciones y ahora en un gesto que ni las bestias realizan, desollando a los cuerpos que asesinan.

Al proponer los candidatos "pan con lo mismo", nos niegan la posibilidad de aspirar a un futuro mejor y la sociedad se pierde en un presente lleno de violencia, falta de oportunidades de empleo, y dinero para poder pagar alguna buena carrera o siquiera suplir las necesidades básicas de agua, alimentación, vestido o vivienda. Las propuestas de nuestros candidatos no son más que populistas y sin sentido al no establecer con detalle el "cómo" o la diferencia con el resto de las propuestas.

Aunado a lo anterior, la sobresaturación de mensajes en cualquier espacio disponible (el colmo fue el cobertor de respaldo para cines) ha asqueado aún más la percepción que se tiene de los candidatos. Podríamos decir que a mayor número de mensajes visuales, auditivos o de ambos, mayor el desencanto hacia el político. Nadie se ha manifestado a favor de la aparición de la imagen del candidato cada vez que se ingresa al sitio de Hotmail.com, ni siquiera se ha mantenido una postura neutral. Por el contrario, casi todos se disgustan al ver la imagen. No sabemos si fue por esta situación que la propaganda en los asientos del cine y en sitios web desapareció por completo. Lo cierto es que ya otro candidato está ocupando los espacios y probablemente él sea perjudicado. ¿Estrategia del opositor? Quién sabe.

Un buen estratega político sabe que es casi imposible repetir un triunfo replicando una campaña ganadora. Aún cuando el candidato sea el mismo. Peor aún si el candidato no es el mismo. Es la situación de Añorve y Aguirre. El primero, en su intento de entrar a la conciencia ciudadana a través de las emociones, apela al signo del corazón que le sirvió hace tres años para ganar la alcaldía debido a su originalidad. Sin embargo los acapulqueños ya no piensan igual y saben que el corazón no era más que una pantalla. Peor aún Aguirre, quien comienza a utilizar la imagen del corazón, cuando no necesitaba más que hacer un alarde mayor de su nombre (Angel) para obtener un sinnúmero de imágenes que le pudieran significar bondad, valentía, honestidad, candidez, amor, sobrenatural, eternidad, mensajero de Dios. Pero no fue así, se fue tras el mugre corazón como si ese fuera la clave de todos los triunfos.   

La desgracia en la cual nos encontramos parece perpetuarse en nuestro futuro. Al no aportar los candidatos nada nuevo y al no poder convencer a la ciudadanía, el electorado sólo tiene una opción: mirar hacia atrás y encontrar en el pasado al mejor candidato. Desgraciadamente ambos contendientes, ven sus campañas subir o bajar, de acuerdo con sus antecedentes. Pareciera que el más afectado es Añorve, ya que su corta labor como alcalde y los conflictos que ocasiona el actual Ayuntamiento repercuten en su campaña. Ni para desligarse porque utilizando fotografías del "Paso Bicentenario" (que ya se comprobó costó 10 MDP más que otro puente de mayor magnitud en otra entidad), el PRI asegura estar trabajando en beneficio de los acapulqueños. 

Pareciera que los bonos de Añorve obtenidos durante su primer periodo edilicio se esfuman ya que para su desgracia, los mexicanos no tenemos memoria y pareciera que el presente imperfecto representa para nosotros a la totalidad de los tiempos verbales. Aguirre no se salva, ya que el lento tránsito que se vive en el tramo carretero de Mozimba a Pie de la Cuesta se debe a las obras inconclusas de ampliación que el mismo candidato en sus tiempos de senador impulsó como presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes. Las obras están ahí paradas, el tránsito infernal sigue y nadie le reclama nadie al exsenador.

¿De quién será el triunfo? Ya nada importa lo que digan, nada nos importa y creo hablar por el grueso de la sociedad civil. Bien podrían desde ahora suspender las campañas políticas, ahorrar una gran cantidad de dinero del erario público y nada cambiaría las perspectivas políticas porque casi todo depende del buen o del mal trabajo que haga el Ayuntamiento de Acapulco de aquí al 30 de enero. Podrían comenzar dejando de descontar millones de pesos en salarios a sus empleados de confianza quienes al a fecha no se han atrevido a hablar por no perder un empleo del cual vive una familia acapulqueña. Podrían comenzar centrando sus esfuerzos en trabajar por Acapulco y no por el candidato priísta. Podrían comenzar pintando el Puente Bicentenario de los colores reglamentarios establecidos en estándares internacionales y así retirar el color verde manzana que no provee seguridad alguna a los conductores y sí al alcalde José Luis Ávila, pues le da la seguridad de estar sirviendo efectivamente a su candidato. Emilios: jjbelmonte@gmail.com

*Director Creativo de Media Affairs y puertolibre.net

 



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