A una semana de la balacera en la Costera, en la que murieron seis civiles –siete según la Procuraduría General de Justicia del Estado– cientos de acapulqueños marcharon ayer por la noche para exigir seguridad y justicia a los tres órdenes de gobierno.
"Nosotros les pedimos a las autoridades que hagan guardia, que no nada más anden paseando como si fueran burros, y a la sociedad que no tengamos miedo somos más que ellos", manifestó María, una de las asistentes a la marcha y familiar de un testigo de la balacera.
A las 8:30 de la noche, los asistentes a la marcha comenzaron a caminar en silencio de la glorieta de La Diana al Asta Bandera, vestidos de blanco y con velas encendidas, en su mayoría amigos y familiares de la familia Miranda Delgado, quienes acompañaron a Antelmo Miranda Abarca, padre de Monserrat y Carlos, de 8 y 12 años y esposo de Laura Monserrat Delgado, quienes murieron en el enfrentamiento.
También iba la familia de Carlos Benjamín Flores Delgado, quien fue ejecutado en noviembre del año pasado, después de haber sido levantado de una discoteca de la avenida Escénica.
"Marcha por la paz, Acapulco", "Ya basta de violencia, queremos paz en Acapulco, en memoria de Laura, Carlitos y Miranda", "Queremos una sociedad sin violencia", "Nuestra seguridad corresponde a los tres órdenes de gobierno, ya no se laven las manos", se demandaba en las mantas y pancartas que portaban los asistentes, además de fotografías de Carlos Benjamín con la palabra "justicia".
Al llegar al hotel María Eugenia, lugar del enfrentamiento en el que murieron seis civiles, entre ellos dos menores de edad, se detuvo la marcha; "quizá sea el detonador y la razón por la cual estamos reunidos, pero estoy seguro que hay muchas más cosas que nos llevan a estar aquí", dijo Gilberto Mendoza hablando a los asistentes con un megáfono.
Recordó que una de las familias víctimas de la balacera fue la Miranda Delgado y anunció que como muestra de respeto se les pedía que guardaran un minuto de silencio, mientras el señor Antelmo Miranda y su familia colocaban tres pequeñas cruces de madera en recuerdo de "Laura, Carlos y Miranda", así como seis veladoras por cada una de las personas que fallecieron.
En ese momento, entre los asistentes se difundió la versión de las víctimas sumaban siete, luego de que "Delia" murió este miércoles por la mañana; se trataría de Delia Solís Baños, de 45 años, quien fue mencionada entre los heridos.
"Queremos un alto de esto, que ya pare, que todo esto ya se pare", se escuchó nuevamente por el megáfono antes de continuar nuevamente con la marcha; en las banquetas los empleados de los diferentes negocios se asomaban a ver a quienes pasaban: niños que caminaban con vela en mano, otros en carreolas empujados por sus padres. "Está bien que lo hagan, si yo pudiera caminaría", dijo una trabajadora de una tienda.
Custodiados por policías del estado y municipales, así como policías viales que controlaban el tránsito vehicular por el único carril que quedó libre en el sentido de La Base al Centro, casi al llegar a la entrada principal del parque Papagayo se pidió a los asistentes que rodearan el Asta Bandera, donde al final se pondrían las velas y veladoras que llevaban en la base de la misma.
"Todos queremos un Estado de derecho seguro, hay un sin fin de historias hay un sin fin de personas que han tenido experiencias desagradables… no estamos aquí buscando más violencia, estamos aquí buscando el apoyo y la comprensión de todos", dijo al final Gilberto Mendoza, uno de los organizadores de la caminata.
Posteriormente se pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas y luego se cantó parte del Himno Nacional; a las 9:30 de la noche los asistentes se comenzaron a retirar, aunque algunos permanecieron sentados en las escaleras frente a la playa, con los globos que llevaban color plateado.
Antes de la manifestación, desde las 7:30 de la noche comenzaron a reunirse los ciudadanos que participarían y algunos jóvenes les repartían velas y veladoras para encenderlas al comenzar, mientras que monjas de la Arquidiócesis de Acapulco entregaban la Oración por la Paz de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en la que se pide por "nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad, y que proteja a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades".
La hermana de María fue testigo de la balacera del miércoles 14 de abril. Ella iba en un camión urbano cuando "pasaban rodando las balas", dijo al llegar a su casa y desde entonces vive nerviosa porque tiene la seguridad de que "esto no se va a acabar, va a seguir", por ello pidió a las autoridades que hagan guardia en las colonias y no sólo se paseen por las calles. "Queremos paz, queremos tranquilidad".
Antes había invitado a quienes pasaban por la Costera a unirse: "no queremos más guerra, no queremos más muertes, vengan acérquense, vamos a levantarnos, vamos a caminar".
La convocatoria para la marcha se difundió principalmente en las redes sociales de Internet, donde se hacía un llamado a no tener miedo y acudir.
Algunos asistentes dijeron que la invitación la escucharon por el radio; entre ellos se encontraban la ex presidenta del DIF municipal, Evelyn Salgado; la empresaria Maribertha Medina; Covadonga Gómez; integrantes de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA); la comerciante Laura Caballero y el vocero de la Arquidiócesis de Acapulco, el padre Jesús Mendoza Zaragoza.
De acuerdo con los organizadores e integrantes del Grupo Alfa de la Policía Vial, los participantes sumaban mil 200 personas, mientras que Gobernación municipal estimó más de 700 personas.
Esta en la tercera ocasión que se marcha por la paz en Acapulco. La primera vez fue el 26 de abril de 2006, después de la balacera en la colonia Garita y de que dejaran las cabezas de un comandante del Grupo Relámpago de la Policía municipal, Mario Núñez Magaña y el policía de hoteles, Eric Juárez Martínez.
Esa movilización la encabezó el entonces presidente municipal Félix Salgado Macedonio, del Asta Bandera al Zócalo. En esta ocasión no participó el alcalde Manuel Añorve.
Ese mismo año, el 17 de junio se realizó "la marcha de oración por la paz", organizada por el Consejo Interreligioso de Acapulco, encabezado entonces por el arzobispo Felipe Aguirre Franco y que concluyó en la colonia Garita; la caminata se hizo al mismo tiempo en otras ciudades del estado.
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Juan José Belmonte Torres
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