21 mayo 2008

El móvil de las matanzas en Guerrero

De acuerdo con fuentes de inteligencia federales y guerrerenses involucradas en las investigaciones de las matanzas en Iguala (3 de mayo) y Petatlán (4 de mayo), durante las cuales comandos de sicarios pretendían acabar con la vida del líder ganadero Rogaciano Alba Álvarez, el móvil de las ejecuciones que dejaron un saldo de 17 muertos y siete heridos surgió de una rencilla relacionada con el narcotráfico.

Según esta versión, un hijo del ex alcalde priista, Roosevelt Alba de la Cruz, de 31 años (que junto a su hermano Alejandro, de 26, fue ultimado en la ejecución de Petatlán), habría viajado recientemente al norte del país para vender la plaza sin autorización de su padre, quien en repetidas ocasiones ha sido señalado como narcotraficante. Roosevelt habría ofrecido como suya la región de la Costa Grande, y en particular la Sierra de Petatlán, zona de gran trasiego de mariguana donde su padre es considerado cacique (Guerrero es el primer productor nacional de amapola y el segundo de cannabis). Rogaciano se habría molestado por tal negociación, le habría llamado severamente la atención a su vástago, y se habría negado a asumir tales compromisos de negocios.

El comprador sería el cártel del Golfo, cuyos sicarios son Los Zetas. Esa decisión habría enfurecido al cártel de Sinaloa, cuyos sicarios en Guerrero son Los Pelones. En años recientes, ambos cárteles se han disputado con virulencia el estado y el área mencionada. Sin embargo, el último cártel, que es dirigido en suelo guerrerense por Arturo Beltrán Leyva, habría accedido a la transacción a cambio de obtener fuertes sumas de dinero como compensación.

El problema habría surgido al no haber recibido el cártel de Sinaloa, de Beltrán Leyva, los beneficios que esperaba por apartarse de la región. De ahí las dos matanzas y, ante el escape ileso de Rogaciano en ambas ocasiones, el levantón de su hija Ana Karen Alba de la Cruz, de 19 años, levantada durante las ejecuciones de Petatlán: los secuestradores buscarían de esa forma obligar a que Rogaciano cumpliera la palabra empeñada por su hijo ya ejecutado, o para que se entregara y pagara con su vida las consecuencias del incumplimiento del pacto signado con su vástago.

Las mismas fuentes federales y estatales establecieron la probable relación de este caso con un hecho más: tres días después de la ejecución masiva de Petatlán, ocurrida el 4 de mayo, el miércoles 7, Arturo Beltrán Leyva y sus pelones protagonizaron a bordo de varias camionetas una espectacular persecución y balacera con fuerzas federales en la carretera federal de Acapulco a México, en las cercanías de Cuernavaca. Aunque nueve de sus hombres fueron capturados, Beltrán Leyva huyó. Dos elementos federales murieron en la refriega. La virulencia del enfrentamiento se explicaría no sólo por la necesidad de protección hacia el líder del cártel de Sinaloa, sino por la probable presencia en el convoy de la hija secuestrada de Rogaciano.

Ese día, Beltrán Leyva provendría de Acapulco, lugar hacia donde se había dirigido la mitad del comando que ejecutó a los hijos de Rogaciano tres días antes de la persecución en la carretera. Desde años atrás grupos de seguridad nacional habían detectado que Beltrán Leyva pernoctaba frecuentemente en Acapulco. Fuentes inmobiliarias del puerto confirmaron a MILENIO que a partir de 2004 varias propiedades costosísimas han sido rentadas o adquiridas con fuertes sumas de dólares pagadas en efectivo.

El gobierno de Guerrero señaló en los días posteriores a las matanzas que efectivamente el móvil de las ejecuciones “se trataría” de asuntos relacionados con narcotráfico, de acuerdo con las expresiones del gobernador perredista Zeferino Torreblanca (7 de mayo) y de su ex secretario de Gobierno, Armando Chavarría (5 de mayo).

Más adelante, el procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, declaró el martes 13 de mayo, durante una entrevista con Denise Maerker en su programa Punto de Partida de Televisa, que las matanzas en Iguala y Petatlán se debieron a “disputas por las rutas del tráfico de mariguana” en la sierra de Guerrero.

Juan Pablo Becerra Acosta

El móvil de las matanzas en Guerrero | Milenio.com

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