En el marco del Primer Simposium de Bioética en la entidad, el jerarca de la Iglesia Católica dirigió la ponencia "Bioética y Educación", en la cual se refirió a la vida humana como uno de los principios éticos para un proyecto educativo y formativo.
Aguirre Franco dijo que la vida del hombre es un valor fundamental y es inviolable porque solo él es una unidad de cuerpo y espíritu, es decir, porque solo él es persona, "cabe muy bien aquí el principio: No todo lo que es técnicamente posible, es técnicamente admisible".
Señaló que en una Comisión de Bioética el respeto de la vida humana es una de las prioridades centrales de la labor ética-normativa y educativa, siendo su principal objetivo el promover el respeto de la dignidad humana y proteger los derechos humanos, acorde con la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO.
Advirtió que desde un punto de vista ético-normativo, las Comisiones de Bioética corren el riesgo del formalismo y del relativismo, por lo que el sistema adecuado para sustentar sus prácticas deliberativas y educativas, deben centrarse en el principio de la dignidad humana.
"Es necesario un fundamento moral para poder interpretar las exigencias de la dignidad humana frente al cambio del obrar humano, provocado por el desmoronamiento de valores y los sofismas inventados pro el pragmatismo hedonista y una sociedad de consumo", señaló el prelado católico.
Al hablar sobre el principio de la libertad y la responsabilidad, Aguirre Franco señaló que este deriva inmediatamente del valor fundamental de la vida. "El ejercicio absoluto de la libertad coincide con la imposición de la fuerza, que inevitablemente desencadena el conflicto y la violencia", aseveró.
El jerarca de la Iglesia Católica en Acapulco manifestó que el ejercicio de la libertad es condición para posibilitar la vida, pro lo que ser libre no significa poder decidir tener o no tener un hijo a toda costa o poder decidir cuando se considere que la propia vida "no es digna de ser vivida" y optar por la eutanasia.
Aguirre Franco señaló que las leyes debe tutelar el bien integral de la persona y l defensa de los más débiles y de los inocentes de las agresiones injustas, "por tanto, ninguna ley civil que atente contra este bien primordial podrá ser considerada moralmente legítima, ni siquiera cuando es fruto del voto de una mayoría".
"Una mayoría de votos podría llevar al electorado a la promulgación de una ley que no podría estar de acuerdo con los valores éticos de la persona, es decir que el Estado no puede permitir que las mismas leyes atentes contra el bien integral de la persona, cuyos derechos debe tutelar", aseguró el arzobispo.
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Juan José Belmonte Torres
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