- La Iglesia es apartidista pero tiene que iluminar la realidad con orientación moral
Luego de que ayer el secretario General de Gobierno llamara a la Iglesia Católica a "dedicarse a lo que le compete a la Iglesia y que deje la política para la sociedad", el arzobispo de Acapulco Felipe Aguirre Franco, le respondió que es obligación de la Iglesia orientar moralmente a los fieles.
"No podemos quedarnos desde un balcón viendo pasar los acontecimientos del mundo, tenemos que iluminar esta realidad para dar orientación moral", dijo el representante de la Iglesia Católica de Acapulco.
El secretario de Gobierno también calificó las declaraciones del obispo auxiliar Juan Navarro como una "intromisión" por hablar de asuntos "que no son de su incumbencia" y dijo esperar que la Iglesia Católica "acate" este llamado.
Cuestionado al respecto, el arzobispo de Acapulco llamó a quienes se oponen a que la Iglesia opine, a que "consideren con congruencia hasta donde llegan las libertades, si es libertad si la hay cuando existen leyes que hacen estas prohibiciones que restringen algo muy sagrado de la persona humana como su religión".
Dijo que el llamado a la paz entre precandidatos hecho por el obispo auxiliar Juan Navarro es parte del trabajo de la Iglesia para orientar moralmente a los fieles, "el de llevar en buena marcha a la sociedad".
Señaló que los ministros de culto tienen derechos como ciudadanos, lo que les permite asumir y expresar opiniones y posiciones políticas, no partidistas, sin embargo persisten ciertas restricciones, ya que los ministros de culto, "no tienen reconocidos sus derechos políticos".
Dijo que si las leyes prohiben que los ministros de culto sean dueños de medios de comunicación, "pues es bueno que tengamos también las libertades para podernos expresar como religiosos, no solamente en la prensa escrita".
Aguirre Franco se pronunció porque cada quien pueda decir lo que crea conveniente, por lo que para ministros de culto debe haber libertad "para manifestarse públicamente y poder anunciar públicamente lo que uno cree".
"No restringirnos solamente al ámbito de las sacristías, eso es otro candado muy fuerte y en cierto modo vergonzoso que en un país de libertades vivamos todavía con esas restricciones", aseveró el prelado de la Iglesia Católica en el puerto.
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Juan José Belmonte Torres
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