14 enero 2007

Reprueba Iglesia tortura contra detenidos por homicidio de legislador

- Son católicos y personas honorables, dice el arzobispo de Acapulco

Durante la celebración eucarística de esta mañana, el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco pidió por los detenidos como presuntos responsables en el homicidio del diputado Jorge Bajos Valverde y reprobó los actos de tortura en su contra.
Aguirre Franco pidió en la misa también por el eterno descanso del legislador Jorge Bajos Valverde "reprobamos el hecho", señaló.
Aunque dijo que se hizo otra oración "pidiendo por personas de nuestra comunidad muy conocidas pedimos por el señor Aldy Manuel González por su esposa y su hijito que es uno de nuestros acólitos aquí en la Catedral".
"Yo desde que llegue a Acapulco conozco a esta familia como muy honorable y respetable y que participa aquí en nuestra vida de esta Catedral También conozco desde hace tiempo entre los grupos juveniles quien también pedimos por él, dijo en referencia al secretario general del PAN, Ramiro Arteaga Sarabia.
En la familia participaron los padres, hermanas y amigos de Arteaga Sarabia, "lo conocemos por que participa en los grupos juveniles de la Acción Católica ha estado participando como dirigente de movimientos juveniles de la arquidiócesis desde hacé varios años".
El arzobispo de Acapulco pidió porque el caso se esclarezca debida y adecuadamente y que todo se lleve a cabo con el debido respeto a la persona para no entorpecer y enrarecer las investigaciones de la verdad".
Dijo que la investigación debe llevarse "con todo respeto a la persona" y no se les debe tratar como delincuente y quese respeten los derechos de las personas.
Aguirre Franco reprobó la tortura que sufrieron los detenidos, ya que "a misma verdad sale perjudicada cuando se quiere sacar a base de tortura; ahora cuando no se tiene esa verdad es doblemente lamentable".
Aseveró que de acuerdo a los documentos de la Iglesia es reprobable que se quiera sacar la verdad a base de torturas "sobre todo por que va contra la dignidad de la persona".
Así, descalificó cualquier acción o presiones o torturas que desposean o que despojen a una persona de su capacidad de decidir.
"La sociedad se siente dolida ante los hechos de sangre trátese de quien se trate... es una connotación que le llega muy al fondo a una sociedad cuando un servidor público de esta manera se le ha ultimado", dijo el prelado.

Juan José Belmonte Torres
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