18 abril 2005

Primera fumata negra del cónclave

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 18 abril 2005 (ZENIT.org).- De la chimenea de la Capilla Sixtina, cuando anochecía en Roma, salió la primera fumata negra, que ha anunciado, como se esperaba, que los 115 cardenales electores reunidos en cónclave no han encontrado al sucesor de Juan Pablo II.

Durante unos segundos una ola de exaltación recorrió a algunos de los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, pues al inicio las primeras señales de humo parecían blancas. Las campanas de la Basílica de San Pedro, sin embargo, se mantenían mudas.

Las votaciones se reanudarán este martes, dos en la mañana y dos en la tarde. El elegido requiere, en estos momentos, dos tercios de los votos de los cardenales electores.

Por primera vez en la historia, las cámaras de televisión de todo el mundo asistieron en la tarde del lunes al juramento de los cardenales al inicio del cónclave y escucharon el «extra omnes» (todos fuera), con el que los electores se han encerrado en la Capilla Sixtina.

Fue el maestro de la Celebraciones Pontificias, el arzobispo italiano Piero Marini, el encargado de cerrar las puertas del recinto sagrado en el que están teniendo lugar los escrutinios para la elección del sucesor número 264 del apóstol Pedro.

Monseñor Marini permaneció momentáneamente tan sólo durante la meditación que acto seguido predicó el cardenal Tomás Spidlik S.I., originario de la República Checa, de más de ochenta años (no elector), «sobre los problemas de la Iglesia» y «la elección iluminada del nuevo pontífice».

Las cámaras de televisión habían seguido la procesión de los 115 cardenales electores (dos no han podido venir a Roma por motivos de salud) desde el Aula de las Bendiciones, del palacio Apostólico, hasta la Capilla Sixtina.
ZS05041808

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