Janahuy y Cristina Paredes Lachino, integrantes del Comité, informaron que la situación de las desapariciones de michoacanos es un asunto que ha atraído la atención de la Organizaciones de las Naciones Unidas, por lo que el próximo viernes sostendrán en la Ciudad de México un encuentro con el comisionado especial de la ONU para hacerle entrega de los expedientes de casos suscitados en la entidad.
Refirieron que en el caso de los michoacanos encontrados muertos en Acapulco, se suscitaron una serie de irregularidades para detectar su identidad, por un lado la celeridad con la que presuntamente se realizó la prueba de ADN, y por otra, que en su generalidad los familiares no identificaron directamente a sus parientes muertos.
“Fue sólo una abogada que también era familiar de algunos de los desaparecidos, la que presuntamente hizo la identificación de los cuerpos, pero al resto no los dejaron verlos, incluso los féretros venían sellados, sólo con la foto de su familiar en la caja”.
Refirieron que las autoridades presionaron para que los sepelios se realizaran lo más rápido posible, y sólo ante la decisión de los familiares por efectuar una misa a sus difuntos fue que ésta se dio en Morelia.
“Ante la desesperación por la desaparición de sus parientes, los familiares ya querían que los encontraran, aunque fueran muertos, y en medio de todo ese dolor fue que se dieron las inconsistencias en los procesos de identificación de los cuerpos”.
En cuanto a nuevas desapariciones, apuntaron que éstas siguen a la orden del día, y en muchos casos testigos de los hechos aseguran que quienes las protagonizan son elementos que vienen en patrullas de la Policía Federal Preventiva.
“Recientemente se dio la desaparición de tres jóvenes en Colinas del Sur en Morelia, de 18, 25 y 28 años, quienes estaban en una tienda jugando maquinitas, cuando llegó una de estas patrullas y los subió, incluso los testigos refirieron que en la unidad ya traían a dos jóvenes más en el piso. Hasta el momento esos muchachos siguen sin aparecer”.
