Fuente: La Jornada Guerrero
La ciudad y puerto de Acapulco ha sido por excelencia uno de los principales destinos turísticos de México, además de ser considerada la décima sexta zona metrópoli más grande del país. Su bahía es considerada la más grande del mundo y fue bautizada con el nombre de Santa Lucía, refiriéndose al día de su descubrimiento por los expedicionarios españoles.
La palabra Acapulco proviene del náhuatl: Acápolco (acatl, carrizo; polli, es gramema de aumentativo; co, lugar. Entonces es: lugar donde abundan carrizos gigantes), pul, pol, aumentativo, y co (lugar), lo que en conjunto puede traducirse como “lugar donde abundan carrizos gigantes”. También existe otra versión que indica que probablemente proviene de ácatl (caña), pul (aumentativo) y co (lugar), es decir, “lugar de cañas grandes”.
Si bien algunos autores aceptan la primera, la Sociedad Académica de Historiadores concuerda en que la segunda es más fiel a la traducción, en especial porque los llamados carrizos –generalmente de bambú– llegaron mucho después de la conquista española, mientras la caña –de maíz obviamente– es de origen autóctono. Por otra parte, se ha sugerido que la palabra se deriva de los vocablos latinos acqua (agua) y pulchra (limpia o hermosa).
El puerto de Acapulco es considerado la décima sexta zona metropolitana más grande de México, agrupando en el año 2010 a 263 mil 431 habitantes.
Desde los años 50, el puerto se convirtió en lugar favorito para vacacionar del jet set, aquí casó Elizabeth Taylor con su tercer esposo; se grabó una película de Elvis Presley, además de ser fuente de inspiración de compositores e intérpretes.
Desgraciadamente, hoy, la imagen urbana de Acapulco está colapsada, las calles destrozadas con parques, jardines y banquetas que apestan, con baches en todas y cada una de sus calles e incluso en la Costera.
El problema de la basura parece no tener fin, con una economía afectada por el nivel y el grado de violencia que se vive en el puerto, con prostitución infantil y venta de drogas que parece crecer día con día, el pandillerismo controla diferentes puntos de la ciudad con alto grado de inseguridad pública y con la impunidad en que se mueve el crimen organizado amenazando la estabilidad del puerto y prácticamente corriendo al turismo.
El puerto ha pasado del descuido a la destrucción, con una administración ineficiente y deshonesta que lucra con los recursos económicos del municipio, que no atiende la problemática para mejorar la infraestructura urbana y transformar la ciudad.
La Administración Pública Municipal tiene un déficit de aproximadamente mil 500 millones de pesos, 200 colonias se encuentran sin agua, el alumbrado público es deficiente, se mantiene una nómina obesa y obscena, la basura se encuentra amontonada en cada esquina, hay caos vial ocasionado por obras inconclusas y mal terminadas, se encuentran en proceso obras en toda la zona de la ciudad, creando formidables cuellos de botella.
La presidenta municipal, Verónica Escobar Romo, heredó un desfalco de ex alcalde, Manuel Añorve Baños, hoy diputado federal con fuero constitucional y personaje responsable del desastre financiero en que se encuentra el municipio.
El gobierno de Acapulco que está en su fase terminal, no tiene vergüenza, la señora Verónica Escobar Romo no tuvo las tablas para el cargo que se le confirió y mejor se dedica a modelar en una revista local cuya portada se ha montado en grandes espectaculares promocionales, como si fuera la imagen de Acapulco.
La primera autoridad interina de Acapulco, vive el caos y el desorden, nadie le hace caso, no tiene mando en ninguna de las áreas administrativas del municipio; la presidenta se esconde de su responsabilidad en los últimos días y horas del mandato que vive a salto de mata, escondiéndose todo el tiempo.
Acapulco tiene su futuro endeudado ya que le debe a las empresas Caabsa, Servitrán y Castillo, Trinidad y Asociados, tiene adeudos con el ISSSTE, con el IMSS y el ISSSPEG, con pequeños empresarios.
Las obras, algunas inconclusas y otras fantasmas, se mantienen en la impunidad al igual que los 80 millones de pesos que gastó Manuel Añorve en el último año de su gestión para manejar su imagen en medios.
¿Nuevamente se cobijará con el manto de impunidad a los malos gobernantes?, ¿No sería bueno contratar a Verónica Escobar Romo como modelo e imagen de Acapulco? n
Acapulco, la perla del Pac�fico - La Jornada Guerrero
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