19 agosto 2012

Obras inconclusas y desabasto de agua, el saldo del PRI en Acapulco - La Jornada Guerrero


HÉCTOR BRISEÑO
Inconformidad de vecinos de colonias populares por obras inconclusas o que nunca fueron iniciadas, deficientes servicios públicos reflejados en un irregular abasto de agua y un fallido sistema de alumbrado público, además del descrédito entre empresarios nacionales del ramo turístico, representan las principales promesas incumplidas de la administración municipal priísta que concluye el próximo 30 de septiembre, encabezada por más de cuatro alcaldes en tres años nueve meses: Manuel Añorve Baños en dos ocasiones, José Luis Ávila Sánchez, Alejandro Porcayo Rivera, Verónica Escobar Romo, y en un breve periodo como encargados de despacho, Rodolfo Escobar Ávila y Armando Terrazas Sánchez.
La ineficacia del ayuntamiento en la ejecución de obra pública de beneficio común se tradujo en bloqueo de calles y protestas en la alcaldía, las cuales se incrementaron a partir de 2011, y únicamente recibieron como respuesta soluciones momentáneas y edificaciones incompletas en el mejor de los casos, si no es que nuevos plazos que nunca fueron cumplidos.
Ejemplos de la inconformidad de la población sobran en la gestión del PRI al frente de Acapulco.
En más de una ocasión vecinos de las colonias Providencia, Garita y 20 de Noviembre bloquearon la carretera Acapulco-México por falta de agua.
También hubo manifestaciones en la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, donde vecinos del Coloso, Renacimiento y Tierra y Libertad protestaron por la falta del líquido desde una semana hasta dos meses.
En colonias marginadas se presentaron riñas entre residentes por irregularidades en el reparto de agua mediante pipas, cuya responsabilidad fue asignada a líderes con intereses políticos; tal y como sucedió en las colonias Dragos, Amalia Solórzano, Nuevo Marqués, Villa Guadalupe, Sol Azteca, entre otras ubicadas en la parte alta del bulevar Cayaco-Puerto Marqués, que no cuentan con red hidráulica.
También hubo reclamos en el ayuntamiento por falta de servicios como agua, luz y drenaje en asentamientos en la periferia.
Representantes de 50 colonias aglutinados en los colectivos de Organizaciones Sociales y Mujeres Solidarias, han criticado la falta de capacidad y nula respuesta de la administración municipal a diversas peticiones de obra social que nunca fueron cumplidas.
Por un Acapulco de 10
Entre las principales necesidades expuestas desde enero de 2009 se encuentran apoyos para construcción de vivienda, pavimentación, despensas para grupos vulnerables, introducción de agua potable, drenaje, energía eléctrica y dotación de juguetes para habitantes de las colonias La Laja, Guadalupe, Postal, Héroes de Guerrero, Alta Sinaí, San Antonio, Libertadores e Infonavit Alta Progreso, entre otras.
En su momento, la dirigente del colectivo Mujeres Solidarias, Rosario Merlín, criticó que las mesas de trabajo fueron pospuestas en varias ocasiones.
En abril pasado, durante un encuentro con representantes de la Secretaría de Desarrollo Social municipal, advirtió que “no es posible que los funcionarios no sepan a lo que vienen; hay colonias con riesgo de inundarse en las próximas lluvias, se requiere maquinaria”.
Subrayó que “no venimos limosneando, venimos a exigir que apliquen nuestros impuestos, ya agotamos todas las instancias, no es posible que jueguen con la necesidad de la gente, si los ex funcionarios andan en campaña que regresen el dinero o que dejen instrucciones”.
El coordinador de gestoría social del Colectivo de Organizaciones Sociales; Alejandro Toledo Morales, advirtió que el municipio no cumplió el programa municipal de obras.
Mencionó que “no se trata de pequeños trabajos, sino de obras magnas de pavimentación, red hidráulica, drenaje y alumbrado público que no fueron terminadas”.
Estimó que más de 5 mil familias fueron afectadas por vivir en zonas marginadas y señaló que el presupuesto de las obras de beneficio social que no fueron concretadas oscila entre los 50 y 80 millones de pesos, en más de 50 colonias de la periferia, como Unidad Ciudadana, Alta Sinaí, Las Margaritas, Panorámica, Nueva Luz, Panorámica, 5 de Mayo, Miguel Hidalgo, Constitución, Primero de Mayo, Generación 2000, San Miguel e Infonavit Alta Progreso.
Otras características de la administración municipal 2009-2012 fueron el gasto excesivo en medios de comunicación y difusión de la imagen personal de Añorve Baños, que en su último año de gestión presupuestó 80 millones de pesos a la Dirección de Comunicación Social, dos veces más que a la Dirección de Salud municipal, lo cual fue aprobado por un cabildo en su mayoría priísta, cuya función esencial fue alzar la mano para aprobar las propuestas añorvistas, ante una débil oposición de ediles del PRD y MC, más preocupados en obtener recursos para difundir su obra personal y buscar escaños políticos.
Salvo tres o cuatro ediles, los representantes del pueblo ante la comuna porteña se dedicaron a presionar para obtener mayores recursos a cambio de favores políticos, como el caso del perredista Germán Farías Silvestre, quien apoyó a Añorve Baños en la campaña a la gubernatura, luego de viajar a Madrid a la Feria Internacional de Turismo; o Juan Torres Aburto de Movimiento Ciudadano, quien en días pasados exigió cuentas claras a la administración municipal, pero sin que se entere en la prensa.
Una ciudad a oscuras
Envuelto bajo la aureola de salvador y el lema Por un Acapulco de 10, Añorve Baños ganó la elección por la alcaldía en octubre de 2008; una vez que asumió el cargo, se dedicó a atacar a su antecesor, el ex alcalde perredista Félix Salgado Macedonio (2005-2008), de las fallas en la administración, principalmente en el sector económico y por la inflada nómina de trabajadores.
Deslumbrado por los resultados electorales obtenidos por el PRI en 2008 y su imagen reflejada en la propaganda difundida por comunicadores en medios locales y nacionales con inversiones millonarias, Añorve Baños se lanzó por la gubernatura sin importar el respeto por las jerarquías familiares, al desplazar a su primo Ángel Aguirre Rivero de la candidatura, quien después lo derrotó en la elección de enero de 2011 cobijado por los partidos de izquierda.
Fue entonces cuando comenzó la inestabilidad en la administración municipal, con la llegada del alcalde interino José Ávila Sánchez, mientras el presidente municipal buscaba llegar a la gubernatura.
Los frutos de la gestión priísta comenzaron a cosecharse en 2011, con la suspensión del Tianguis Turístico, la debacle de la ocupación hotelera y el cierre masivo de negocios en las zonas doradas y tradicional, de lo cual apenas comienza a recuperarse el puerto a paso lento.
En lo que se refiere a los servicios públicos, el impacto negativo surgió en 2012.
La falta de pago a la empresa jalisciense de recolección de basura Caabsa Eagle, a la que el ayuntamiento adeuda unos 20 millones de pesos, provocó que julio y agosto se conviertieran en los meses de los puntos negros.
Montones de basura surgieron en colonias del centro y zona poniente del municipio, además de la Progreso, Infonavit Alta Progreso y 20 de Noviembre, a parte de dejar sin empleo a un centenar de trabajadores.
La ciudad también se quedó a oscuras, pues una de las principales promesas de Añorve Baños no ha sido cumplida.
No obstante el contrato de 45 millones de pesos anunciado en noviembre de 2011 para instalar 45 mil luminarias en las colonias populares de la ciudad, a cargo de la empresa Óptima Energía, únicamente han sido instaladas unas 15 mil, dando rienda suelta la delincuencia.


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