Lo anterior debido a que en el puerto seguían celebrándose hasta 10 y 15 ceremonias de matrimonio, las cuales eran inválidas, por estar a cargo de falsos ministros. “Constantemente se están haciendo bodas, a orillas de las playas, realizadas por ministros falsos, o de otros lugares o que ya no están en comunión con la iglesia, o son sacerdotes que ya no están ejerciendo como tales”, argumentó Garfias Merlos.
El arzobispo de Acapulco, refirió que desde su llegada a la Arquidiócesis de Acapulco fue cuestionado acerca de la prohibición dispuesta por su antecesor en el cargo, sobre la celebración de bodas fuera de los templos, principalmente en playas.
Dijo que él mantuvo esa medida, pero ahora, ante el hecho de que constantemente siguen celebrándose bodas en las playas, pero inválidas, por ser oficiadas por ministros falsos o que están fuera de comunión de la iglesia, y tras consultar a laicos y presbíteros, así como obispos de otras provincias, decidió invalidar la prohibición, haciendo uso de la facultad que le confiere el derecho canónico.
El jerarca religioso señaló que es por esta disposición que, consciente de la urgente necesidad de ofrecer una mejor atención pastoral a los contrayentes que libremente soliciten la celebración del sacramento del matrimonio fuera de una iglesia y asumiendo de manera colegial esta responsabilidad con el presbiterio que “concedo esta gracia para toda la arquidiócesis de Acapulco”.
Su interés por reanudar la celebración de bodas por parte de la iglesia católica, dijo, no tiene para él ningún interés económico, sino únicamente de tipo pastoral y litúrgico.
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