La ciudad platera de Taxco de Alarcón se transforma en Semana Santa con las procesiones, artesanías y muestras de fe y penitencia que iniciaron el día de ayer, con la llegada de los ramos, procesión de 20 mil peregrinos que llegan a la catedral de Santa Prisca,proveniente de la comunidad de Tehuilotepec.
Desde ayer, las calles se han visto repletas de turismo que caminan por las pendientes empedradas; el zócalo de la ciudad luce con el recorrer de los paseantes, que presenciaron la llegada de la imagen de San Ramos, ovacionada por los feligreses que llevaban en mano las famosas palmas.
Desde el sábado, los indígenas de Tlamacazapa se sientan en las inmediaciones de la parroquia de Santa Prisca, para tejer toda la noche, las espectaculares palmas y cristos elaborados por sus propias manos artesanales.
El día de hoy, con la segunda procesión y la primera de manera nocturna denominada de la Vírgenes, participarán mas de 40 imágenes de las principales capillas y templos de la ciudad que recorren la vía corta sobre los hombros de mujeres que van descalzas en su peregrinar, vestidas de negro, otras de blanco y con velos en que cubren su cabeza y parte del rostro.
Las pendientes forman parte de la geografía que se utiliza para esta procesión, que con las Chirimías, lentamente recorren la vía con un rostro de cansancio manifiesto en sus ojos hacen el ofrecimiento para desprenderse del pecado que cometieron durante el año, mientras otras como una manda año con año esperan este día para su participación.
Las mujeres, algunas como un aliciente, van orando en este andar, mientras otras, el reflejo de la flama de los pesados cirios, revelan las lágrimas que corren por su cara. Sus plantas de los pies, demuestran con cortaduras el sufrimiento por alcanzar el perdón divino.
Así, con esta devoción, las calles de Taxco, se vuelven ríos de luminiscencia ocre del virreinato que en toda la ciudad, el tambor, le violín, el clarinete y la trompeta, junto al contrabajo, forman melancolías llamadas chirimías que se escuchan por su paso.
Durante la procesión de las vírgenes, una diminuta campana, va avisando el encuentro con la pasión y muerte de Jesús. Cuando las 36 imágenes adornadas con los materiales de la región desarrollan un acto extra litúrgico hasta terminar en la capilla de San Nicolás Tolentino.
El martes con la participación de las primeras 10 hermandades de penitentes que con cadenas en los pies van recorriendo esta vía, se continúe con esta celebración. Dedicado a las animas benditas del purgatorio, este día las hermandades, recorren las calles con el rostro cubierto y parte del cuerpo con telares negros que van orando en momentos de aflicción, agachados y descalzos.
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Juan José Belmonte Torres