La aguerrida oposición de vendedores ambulantes en Puerto Marqués
convirtió en un caos el operativo sorpresa para desalojarlos,
implementado por la Dirección de
Vía Pública del Ayuntamiento.
Entre los turistas que descansaban en la playa y las enramadas,
corrían los vendedores y quienes agarraban se liberaban a golpes,
gritos e insultos, logrando evitar que se decomisara gran parte de la
mercancía que venden en la playa de forma ilegal cerca de mil
vendedores ambulantes.
La Dirección de Vía Pública únicamente acudió con más de 20
elementos de la policía municipal y personal de la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Al respecto, el director
de Vía Pública en Acapulco, Francisco Rodríguez Cisneros explicó que
estos operativos continuarán en las playas del puerto.
"Lamentablemente, a algunas personas les causa alguna molestia
este tipo de operativos, pero son acciones que tenemos que realizar.
Con anterioridad se les notificó a los comerciantes que no podrán
vender alimentos en las playas; personalmente les notifiqué y hoy
estamos realizando este operativo", señaló el funcionario municipal.
En el operativo hubo hasta turistas que defendieron a los
ambulantes: "a nosotros no nos afecta, yo soy turista y no nos afecta
porque inclusive se nos antoja algo que va pasando y nos lo compramos,
porque es más barato", sostuvo Germán Jardón, turista del Estado de
México.
Los restauranteros manifestaron también su postura y según Adrián
de Loya Alvarez, voz de los establecidos, expresó que los ambulantes
son una competencia desleal para el sector ya que ellos (los
ambulantes) no pagan impuestos: "nosotros acabamos de pagar zona
federal todo el año, pagamos la licencia todo el año y creo que es
injusto lo que nos hacen".
En medio del desalojo, algunos inspectores de Vía Pública y
PROFEPA, acompañados de policías preventivos no pudieron contra los
vendedores que en algunos casos, como el de Carmela Salgado tuvieron
que acordar una reunión posterior para regularizar su situación.
La autoridades municipales optaron por no detener a nadie y les
regresó la mercancía a los comerciantes quienes regresaron a las
playas de Puerto Marqués a vender quesadillas, enchiladas, tacos,
mariscos, aguas frescas, frutas, trajes de baño, protectores solares,
así como elaboración de trencitas y masajes.
Lo que sí pudo decomisarse por parte de la Profepa fue una "boa
constrictor" que un comerciante ofrecía a los vacacionistas para
tomarse la "foto del recuerdo" por sólo 35 pesos.
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Juan José Belmonte Torres