- El 70% de quienes firman un documento de voluntad anticipada, cambian de opinión después.
Especialistas en Bioética señalaron que la eutanasia es motivada por la incapacidad de la gente de advertir el rostro de la muerte y asimismo dijeron que un 70 por ciento de quienes han firmado un documento de este tipo, cambian de opinión cuando se encuentran cerca de la muerte.
Lo anterior como parte del Congreso de Bioética que se celebra en un hotel de la Costera Miguel Alemán en el puerto de Acapulco y que culminará mañana.
En un primer momento, el doctor en Bioética Oscar Martínez González, señaló que la incapacidad para descubrir el sentido y valor del sufrimiento y para advertir el verdadero rostro de la muerte, hacen muy difícil entender argumentos en contra la de la eutanasia.
Martínez González fue el encargado de contextualizar el tema referente a la Ley de la voluntad anticipada en México y aseveró que tristemente se puede citar como un hecho histórico, que el Distrito Federal fue el origen de la cultura de la muerte por aborto y eutanasia en Latinoamérica.
Dijo que para hacer un juicio con respecto de la sociedad actual, no basta con mirar sus índices económicos o el nivel de desarrollo alcanzado en el ámbito científico.
El también médico cirujano por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) aseguró que una sociedad que no es capaz de hacerse cargo de los enfermos, es una sociedad que ha perdido el rumbo y citó al Papa Benedicto XVI al argumentar que la vida humaba merece y exige ser defendida y promovida siempre.
Señaló que la Ley de la Voluntad Anticipada que entra en vigor este año, despenaliza la eutanasia pasiva previa petición del paciente, sin embargo refirió que "matarlo acaba con el sufrimiento y el dolor pero también acaba con la persona".
En su ponencia el director de la Facultad de Bioética, del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma, sacerdote Gonzalo Miranda L.C., explicó que la Ley de la Voluntad Anticipada tuvo su origen en el "Advance Directives", documento creado en Estados Unidos, con validez legal.
Explicó que este documento legal tiene dos vertientes, una es el "living will" (testamento de vida) y el otro es sólo una designación duradera para la atención médica. "Son dos instrumentos diferentes que se pueden combinar en donde se establece qué se quiere que se haga o no y a su vez que ayude a discernir para tomar la mejor decisión", señaló el especialista.
El también doctor en Bioética, aseveró que la mayoría de las propuestas de "living will" que "en un principio era bondadoso", es usado por los grupos que están a favor del aborto y a su vez a favor de la eutanasia buscando hacer de estos instrumentos punta de lanza en su lucha para "ir cambiando la mentalidad de la gente y aceptar la eutanasia".
"El testamento de vida no es algo que resuelva los problemas. Depende también se los cambios de humor, de voluntad o de opinión. Una cosa es la que pienso ahora y otra la que pienso hoy o mañana", aseguró el sacerdote Gonzalo Miranda. Y señaló que en Estados Unidos un 70% de quienes firman un testamento de vida cambian de opinión cuando se encuentran graves de salud.
Dijo que hay quienes creen que con la voluntad anticipada se resuelven todos los problemas, sin embargo una persona no puede saber qué puede pasar de aquí a unos meses o semanas, "igual se inventan nuevos aparatos… igual y alguien se podría curar pero como ya firmó ¡que pena no se le puede hacer nada!", ejemplificó.
Incluso cuestionó que un documento de voluntad anticipada es muy general y quienes lo interpreten se pueden confundir al intentar entrar en particularidades, e incluso en aquellos documentos en donde se han propuesto instrumentos detallados, se tienen más problemas.
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Juan José Belmonte Torres
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